No sabría como definir las actuaciones del gobierno español, ¡menos mal que nosotros no lo tenemos, aunque lo sufrimos! Hay conflictos en la hacienda, en el gobierno central, en su gobierno autónomo, en Génova, en los tribunales con sus personajes, sin entrar en los casos que tienen abiertos. En la Hacienda Tributaria, con las amnistías fiscales, pero amnistías para los defraudadores, evasores y apropiadores de capital. ¿Para cuándo una amnistía para los que no defraudamos? Sabemos que no la necesitamos, pero podrían hacer una gracia, por ejemplo, bajar unos puntos en la presión fiscal, pero los beneficios siempre son para los mismos. En los últimos años es la tercera amnistía para los evasores, La primera fue con Miguel Boyer, en 1984; la segunda, con Carlos Solchaga en 1991, y la tercera, con Montoro en estos momentos. Yo me pregunto, ¿si ya tuvieron amnistía con anterioridad, quiere decir que de esos momentos hasta ahora han vuelto a delinquir? También dicen que no es una regularización, si no que es una amnistía, como lo reconoció la vicepresidenta del gobierno, aunque posteriormente saliera el portavoz del PP, Rafael Hernando, diciendo que la vicepresidenta quería decir regularización y no amnistía. Yo sé a quién tengo que votar y espero que los españoles, de una vez, aprendan a quién no tienen que votar. A mí me resulta muy triste que la mala gestión del Prestige no le supusiera ningún coste electoral al PP; que los casos de corrupción y mala gestión en Valencia les supusiese una mayoría absoluta. Así lo único que se consigue es que la corrupción sea un premio y no un castigo.
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