Los vigilantes de Euskotren llevan tres meses sin cobrar ni percibir ayuda alguna. Estas 225 familias están al borde de la desesperación y dicen que van a pedir ayuda a los políticos. Yo me pregunto ¿a qué políticos? A los junteros que se gastan alegremente 50.000 euros en cafecitos y pastelitos, y 43.000 en entradas para la ópera con cargo a la Cámara, que la pagamos todos, además de no querer hacer públicas sus declaraciones en un acto de transparencia y honestidad. Después de leer esta noticia en la prensa del sábado 27 de diciembre, que por un día casi coincide con los Inocentes, uno hubiera pensado en una inocentada. Lo cierto es que con estas situaciones, en quién puedes confiar, cuando ves que los políticos elegidos en votación democrática, actúan parecido a los de antes, con prepotencia y mentalidad de aprovechateguis. Cuando a un político se le llena la boca diciendo que tiene la conciencia limpia? Lo que tiene es mala memoria. Esto me recuerda un cuplé que decía: “En lugar de ser mi cargo, de guardia municipal sería de más provecho que me hicieran concejal. ¡Ay! porque el cargo es superior y se ganan los miles, sin exposición. Lo más grave del caso es que te descubran la combinación. ¡Ay! chavito, chavito, chavito, al cielo le pido con gran devoción, ¡ay! chavito, chavito, chavito, que de auditorías nos libre el señor”. Esto puede ser aplicable a cualquier cargo político.