EL lehendakari Iñigo Urkullu machihembró su discurso de fin de año con una apelación a los partidos políticos para el logro de acuerdos en torno a la situación económica, la pacificación y el autogobierno. Es cierto que a día de hoy no parece factible un escenario en el que los actores políticos vascos acepten acordar con sus adversarios cuestiones tan relevantes, y menos ante el eco del fragor que provocarán la confrontaciones electorales fijadas para el mes de mayo, con motivo de las elecciones municipales y forales, y otoño, con el sufragio para renovar el Parlamento y el Gobierno españoles.

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