LA aprobación por el Gobierno vasco, en su consejo del martes, para su traslado al Parlamento, del Proyecto de Ley sobre Adicciones parece haber desatado reacciones que, sin embargo, no deberían alimentar una polémica desde la ignorancia de que se trata precisamente de un proyecto de ley que necesita completarse y concretarse durante su tramitación parlamentaria, también con su contraste con el resto de instituciones públicas.

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