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Al señor Oyarzábal

Me dirijo a su persona para aclararle la famosa pregunta que se está haciendo usted durante los últimos días. “¿Cómo se financiaron los batzokis?”. Soy una mujer afiliada al partido EAJ-PNV y no tengo los estudios de los que dispuso usted, pero sí tuve unos padres que me dieron educación y respeto por los demás, siendo estas dos características de las que usted carece hacia todos los afiliados a mi partido. Dicho esto, sería oportuno que usted rectificase sus palabras y pidiera perdón a todos los afiliados a mi partido, ya que para es fin dispongo de los siguientes argumentos. La junta municipal y el batzoki a los que yo pertenezco fueron financiados mediante préstamos bancarios de entidades del País Vasco. Dichos préstamos fueron subsanados y amortizados con el trabajo de voluntarios del partido, que se organizaban en turnos semanales para trabajar en la barra del bar y en la cocina del batzoki. Y lo hacían una vez finalizada su jornada laboral y las labores domésticas en sus viviendas. Además, realizaban esos trabajos desinteresadamente y sin obtener beneficio alguno. Yo entiendo que usted no haya tenido opción de ver esto en su partido, ya que no me imagino a una María San Gil o a una Arantza Quiroga vistiendo delantal para realizar labores de limpieza, cocina y lavabos, así como tampoco me imagino al señor Iturgaiz o a Jaime Mayor Oreja relianzado labores de contabilidad sin ningún beneficio lucrativo.