Restan pocos días para que Mariano Rajoy, gallego y presidente del gobierno español, reciba a Arthur Mas, catalán y honorable presidente de Catalunya, antes de hacerlo con Iñigo Urkullu, vasco y lehendakari del País Vasco. Catalanes y vascos, de manera separada y seguidamente en conjunto, van a proponer a Mariano Rajoy, gallego, que acepte “el derecho a decidir” de ambos pueblos. Representantes de las tres comunidades históricas que conforman Galeusca se van a reunir para tomar decisiones que atañen a sus propios pueblos y parece ser que esta reunión no va a tener éxito ya de entrada. El camino que Mas y Urkullu van a proponer al gallego, está destinado al fracaso antes de celebrar dicha reunión; hechos son amores y no buenas razones. Muestra de ello son los mensajes, discursos, y pronunciamientos en todos los terrenos socio-económicos que ha pronunciado el señor Rajoy desde su investidura. Cuando el presidente del Gobierno de España habla, no se sabe a veces si va o viene. El caso es que se escuda en “su mayoría absoluta” para imponer sus leyes, y digo sus leyes porque están impuestas sin consenso. Vaya desde aquí mi agradecimiento a Mas y Urkullu por arriesgar de nuevo sus pretensiones ante el gallego, que catalanes y vasco como pueblo les hemos propuesto. Al señor Mariano Rajoy le pediría solamente altura de miras para que distinguiese que es mejor tener a dos grandes pueblos catalanes y vascos, que están sobre la Península Ibérica como copartícipes y vecinos solidarios que no constreñidos constantemente con la negación del “derecho a decidir”.