LOS resultados que el informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA por sus siglas en inglés) atribuye a los alumnos vascos confirman la competencia de nuestro sistema educativo en comparación con otros de su entorno inmediato e incluso de los de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Y al hacerlo sirven de advertencia ante la pretendida imposición de cambios estructurales, como es el caso de la Lomce, que en virtud de un errado empeño unificador nada exento de ideología política trata de ahormar la educación vasca dentro de un sistema educativo, el del Estado, cuyos parámetros de calidad son, con alguna salvedad, sensiblemente inferiores. Además, los resultados de las evaluaciones del informe PISA reafirman en comprensión lectora la competencia bilingüe que desde algunos foros e intereses se había tratado de poner en cuestión con el fin de condicionar -cuando no limitar- la educación en euskera. El hecho de que el 59% de los 4.739 estudiantes que se sometieron a evaluación pertenezcan al modelo D y otro 27% al modelo B no impide que la media de la comprensión en castellano sea diez puntos superior a la media del Estado. Finalmente, que los alumnos vascos de 15 años superen además por primera vez las medias de la OCDE en las tres competencias evaluadas en el informe trianual -matemáticas, comprensión lectora y ciencias- palía en esta última la que quizás era única carencia que habían presentado en la anterior edición del informe, en 2009, y sitúa a la educación vasca en el nivel de las sociedades europeas avanzadas y con capacidad -también con el objetivo obligado- de aspirar a los niveles de excelencia que presentan Corea del Sur, Japón, Finlandia o los Países Bajos. Los resultados de estos países evidencian, en cualquier caso, que aun siendo evidentemente relevante la incidencia de la inversión pública en los resultados escolares es la renta familiar media la que se puede considerar como principal factor determinante de los mismos. Sirva como ejemplo que Finlandia o los Países Bajos aventajan en 35 y 39 puntos a España en los resultados del informe pese a que esta dedica a educación un 3% más de su PIB por habitante.
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