Demasiadas fisuras en el relato
A la negación general de cualquier hecho irregular en la financiación del partido que ha venido marcando la actitud de los máximos responsables del PP se contraponen ya suficientes excepciones como para sustentar la legítima duda ciudadana
AUNQUE el mensaje fundamental de los ex secretarios generales del PP que ayer declararon como testigos ante el juez Pablo Ruz fuera la negación de cualquier contabilidad B en su partido, lo cierto es que la jornada puso sobre la mesa nuevos ejemplos de fisuras en el relato de los populares.
Javier Arenas y Francisco Álvarez-Cascos acudieron ayer a la Audiencia Nacional en calidad de testigos para prestar testimonio de su experiencia en la responsabilidad central del PP y ambos descartaron que se manejara dinero oculto pero también admitieron que no había un control estricto de las donaciones que recibían. Este hecho en sí mismo no es ya un ejercicio de laxitud o dejadez sino el incumplimiento de una exigencia legal -la de identificar al donante con cada importe aportado mediante DNI- y la falta de rigor en el mismo genera un espacio de opacidad en las cuentas que legitima las dudas sobre una eventual impunidad, antesala de ocultación.
El contraste de este reconocimiento con las declaraciones del que fuera cajero del partido, Antonio Ortiz, ahonda esas dudas. Ortiz admite haber recibido de Luis Bárcenas donaciones anónimas que nunca superaban el límite legal de 60.000 que establece la Ley de Financiación de Partidos pero sí que el único procedimiento de control de esas donaciones era el hecho de que llegaban en sobres distinos aunque en ocasiones en cantidad significativa el mismo día. No hubo, pues, ninguna garantía de que ese dinero procediera de donantes diferentes ni voluntad de cumplir la ley identificando su origen.
Otro elemento que debilita la fuerza del relato oficial del PP es el hecho de que proliferen los testimonios de quienes sí admiten haber recibido cobros en B registrados en la contabilidad paralela aportada por Bárcenas. Cristóbal Páez, quien sustituyó al propio Bárcenas durante un año en las funciones de tesorero del partido, admitía ayer mismo haber recibido del partido dinero no declarado. Esta sucesión de hechos apela directamente a Mariano Rajoy cuando sostenía que de lo afirmado por Bárcenas "todo es mentira salvo algunas cosas que no lo son". Esas cosas que no lo son pueden perseguirle durante toda la instrucción y son un factor de inestabilidad política insoportable.