Señor Rajoy, le deseo una diarrea crónica
Señor Mariano Rajoy, aunque su nombre aparezca en el título del mismo, este escrito no va dirigido a usted. Este escrito es una carta de agradecimiento a todo el personal del hospital de Galdakao y, por extensión, a todas las personas que trabajan en Osakidetza. Por desgracia, estos últimos meses he tenido que pasar más tiempo del que a mi me hubiese gustado en dicho hospital y allí he tenido la suerte de ser atendido por verdaderas profesionales volcadas en su trabajo. Y lo digo en femenino, ya que la gran cantidad de estas profesionales son mujeres, un dato que no debería ser destacable pero que a mi me llamó mucho la atención.
He sentido que mi dolor era importante para ellas, que se preocupaban por mí, que querían ayudarme y lo hicieron. Por todo ello he decidido hacerles este humilde homenaje. Eskerrik asko!
Señor Mariano Rajoy, como le digo no es usted el protagonista de mi reflexión, pero es que en el tiempo en el que he pasado en el hospital me he acordado de usted varias veces. ¿Cómo es posible que usted, y cuando me refiero a usted no se lo tome como algo personal, me refiero a todo lo que usted representa, incluido ese al que con mucha intención llaman Gobierno vasco o lehendakari, sea del partido que sea, decida que todas a estas personas se les debe recortar el sueldo?
Siempre he pensado que debido a la responsabilidad que tienen, tres son los sectores que debían ser los mejor pagados en nuestra sociedad: El personal que trabaja en el sector de la sanidad pública, los profesores y los políticos.
Sí, he dicho bien, los políticos y no esta cuadrilla de incompetentes que todavía no entienden la realidad del pueblo vasco, que nos hacen creer que logrando la Lehendakaritza, tendremos poder como para bloquear toda la batería de acciones que tiene preparados para el exterminio de nuestro pueblo, el estado del que usted es el máximo mandatario.
Señor Mariano Rajoy, no reconozco como propio al Estado que usted representa, por lo que no me creo en el derecho a decidir nada sobre su futuro como presidente de dicho estado. Eso es algo que lo dejo en manos del pueblo español.
Es por ello, que no le deseo nada malo en el plano personal, pero permítame una pequeña maldad. Permítame desearle una diarrea crónica que le haga pasar cinco días en un hospital público vasco. Sé que si debe elegir un hospital para pasar unos días hospitalizado, no sería ni público, ni vasco. Pero si por alguna extraña casualidad de la vida, no le queda otro remedio, no se preocupe, las profesionales vascas no son como usted y aunque no se lo merezca, le tratarán con la misma profesionalidad con la que nos tratan al resto.
Quiero terminar este escrito, volviendo a agradecer a las profesionales del hospital de Galdakao por el trato recibido. Espero dejar de veros pronto, significará que todo ha ido bien, pero incluso después siempre tendréis el mayor de mis respetos. Eskerrik asko!