LAS propias características definitorias del Athletic, su cercanía e imbricación social así como el ámbito demográfico y geográfico en que se nutre y extiende, conjugadas con la exhaustiva atención mediática al mundo del fútbol, la proliferación de medios de mayor o menor penetración y el desarrollo y utilización de las nuevas tecnologías y las redes sociales como recursos de comunicación interpersonal ilimitada hacen que el club se enfrente a una exposición pública que no había soportado nunca en sus 114 años de historia. Y a través de ella a un mayor peligro de desestabilización que en ocasiones responderá a intereses que no concuerdan con los del club e incluso que confrontan directamente con ellos. La publicación íntegra por DEIA de la conversación del técnico del primer equipo, Marcelo Bielsa, con sus jugadores es una muestra de cómo esa exposición puede alterar al club, aunque no responde a intereses encontrados con los del Athletic, sino a la obligación informativa de completar en su total veracidad un episodio que ya anteriormente se había ofrecido a la opinión pública mutilado. Cierto es que esa obligación de informar puede contrastar con la intención del club de mantener en el ámbito de lo privado detalles que inciden en el discurrir deportivo -y por tanto en el interés público-, pero no sobrepasa la cordialmente tensa relación con los medios de comunicación que es parte del juego del fútbol y que mantiene el Athletic desde que se convirtió en noticia en 1898. Dicho esto es preciso admitir, sin embargo, que la anómala concatenación de episodios inhabituales en el Athletic tras un año que se puede considerar modélico en lo económico y lo deportivo y la reiteración de los mismos en ciertos medios podría no estar exenta de intereses ajenos al club y exige, por lo tanto, un esfuerzo añadido por parte de todos los estamentos rojiblancos. El presidente, Josu Urrutia, atina al diferenciar con claridad las competencias de cada área dentro del Athletic y al delimitar la frontera de la responsabilidad interna; pero frente al uso interesado de esa nueva e incontrolable exposición pública que le afecta, el Athletic no logrará protegerse mediante la aplicación de prolongados silencios que dan sensación de vacío y pie a no siempre lógicos razonamientos. Muy al contrario, lo hará a través de insistir en la claridad y la comunicación continua con su masa social.