Por fin y después de casi cuatro años de su andadura política como presidente -que no como lehendakari- de esta comunidad, le tengo que dar las gracias, ya que ha mostrado un signo de coherencia al especular sobre la convocatoria de elecciones anticipadas según se vislumbra en los mentideros políticos, aunque usted lo desmiente y preconiza que desea agotar la legislatura.

Permítame recordarle que ya no tiene ningún sentido, ni ético ni político, seguir aferrándose a un sillón que nunca debió pertenecerle de no haber sido por el engaño a buena parte de sus votantes y su pacto, a posteriori, con los que siempre fueron sus enemigos en materia política, usurpando el Gobierno al verdadero ganador de tales elecciones.

Usted no ha traído a este país ninguna clase de transferencia de las que aún nos quedan pendientes una buena parte, aunque siempre se atribuyó como algo propio las conseguidas por el PNV.

Ha conseguido inflar la deuda de Euskadi hasta límites inconcebibles y actualmente está rayando como bonos basura; eso sí, con la tolerancia del partido que le ha mantenido en el poder hasta que le ha negado el pan y la sal, demostrando que usted no ha tenido bemoles para tomar nunca ninguna decisión en solitario que le pudiese molestar lo más mínimo a su socio de Gobierno.

Haciendo referencia al paro, en estos escasos cuatro años la tasa casi ha doblado la existente en el año de su toma de posesión.

Le recuerdo que cuando la primera intentona de fusión de las cajas vascas -qué triste es decirlo-, usted brindó con champán que no se llegase a cerrar dicho trato, cuando de esta forma no se hubiera perdido un tiempo tan esencial.

Dijo, desde un principio, que iba a estar a la "altura de las circunstancias y que iba a ser el garante como presidente del Gobierno vasco". Aquí también fracasó, e incluso lo hicieron sus múltiples asesores, que erraron en la mayoría de las materias a tratar, ya que usted era y ha sido incapaz de tomar una decisión sin consultar con el señor Basagoiti, y este último ha sido quien ha tomado toda clase de medidas, tanto políticas como económicas, y muchas de ellas en contra del bien hacer del PNV.

Lo que por desgracia estamos viendo de ahora en adelante son años de austeridad, crecimiento económico cero, una alta tasa de paro, más medidas restrictivas tanto en lo económico como en lo social, como puede ser la rebaja en las pensiones. Ya no florecieron los brotes verdes ni en España ni en Euskadi.

Esperemos con optimismo el resultado de las próximas elecciones, como así lo auguran las encuestas, y veamos un gobierno en Ajuria Enea con una experiencia demostrada cercana a los treinta años.