Síguenos en redes sociales:

El líder de la manada

Al león por algo lo llaman el rey de la selva. Su vigor y sus hábitos predadores le han hecho ser considerado durante siglos como el monarca de la jungla. Luce una espectacular melena rubia y una musculatura imponente que le permite cazar por fuerza, destreza y velocidad. Reina sin necesidad de corona y siempre se rodea de la mejor compañía, una cuadrilla de leonas dispuestas a disputárselo. Pocos le hacen sombra pues ven en él al rival imbatible. Aunque por el bien de la supervivencia de la especie siempre hay algún aspirante dispuesto a disputarle la hegemonía.

Toda disputa por el reinado de la jungla llega en 2 situaciones, o el león se ha hecho viejo y necesita un reemplazo inmediato o se busca un sustituto temporal que alimente la manada mientras él se lame las magulladuras producidas en fatigosos combates. En la recua de felinos del Athletic nos encontramos en este segundo escenario.

Hay un macho dominante, Llorente, de nombre regio y sombra alargada, más alargada que nunca ahora que la rodilla le ha obligado a aparcar la cacería. Descansa el guerrero. Han sido muchos partidos seguidos con Llorente y 10 más. Podría ser el momento de ver cómo emergen los aspirantes a competir por su trono pero en la selva rojiblanca están en vilo porque nadie ruge como él. No terminamos de ver a los elegidos para esta importante carrera. Hay mucha voluntad, los candidatos tienen hambre y buscan la presa del gol pero nadie ofrece su eficacia. Haremos un ejercicio para calibrar la irrefutable dependencia del 9 del Athletic. ¿Se imaginan un Barça sin Messi, un Real Madrid sin Cristiano Ronaldo e Higuaín, un Atlético sin Falcao o un Valencia sin Soldado? Son los capitanes generales de sus equipos, los líderes de la manada que guían al resto en el camino hacia el éxito, sin ellos el grupo se siente huérfano.

La cuestión es que los leones tienen que seguir adelante y alimentarse de goles para subsistir. En esas anda Bielsa tratando de dotar al equipo de un apóstol goleador como Fernando Llorente. Todos pensamos que Toquero es un buen sucedáneo pero no hemos visto ese semblante implacable en sus últimos partidos. Ha jugado como titular con el ímpetu de siempre pero sin contribuir a la cacería. También se suma a la pugna Muniain pero al navarro tampoco le acompaña la puntería.

En la nómina del Athletic no hay más delanteros natos que estén suficientemente bregados. Y en medio de la candidez y la falta de punch de los llamados a golear han emergido goleadores inesperados como Amorebieta y Óscar de Marcos. Este último hace tiempo que dejó de ser la revelación para pasar a ser la confirmación de un futbolista polivalente y reconvertido que lo juega todo, le pongan donde le pongan. Además hace goles. En Oviedo fue el mejor, de largo.

Tenemos una corte de leones sin soberano pero partido a partido se demuestra que en ausencia del líder el grupo apela a otros elementos para sobrevivir. Tal y como ocurre en la sabana, el ecosistema del león, cuando falta el macho dominante las leonas rodean a la presa y terminan tumbándola. Cazan en grupo y así está sacando los partidos el Athletic, con el empuje de todos.

Intentan sacar la cabeza para hacer olvidar este estado provisional de orfandad y guiar al equipo a base de voluntad y esfuerzo, dando un paso adelante sin venirse abajo.

Como dicta una norma básica de coaching. A los equipos hay que tratarlos como un todo y la clave del éxito consiste en sumar todas las capacidades individuales de modo que la acumulación de esfuerzos ayude a la consecución de los objetivos. Se trata de contar con el equipo en bloque como fuente generadora de fuerza interactiva. Solo así, sumando energías y cualidades de cada uno de los jugadores se anula la excesiva dependencia de los talentos individuales, aunque estos sean sin ningún género de dudas los líderes de la manada.