EL pasado viernes, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), organismo oficial dependiente del Gobierno español, sorprendía a propios y extraños al hacer pública una encuesta de intención de voto de cara a las elecciones del 20-N que contenía datos no ya cuestionables, sino directamente imposibles en Euskadi. El sondeo otorgaba al PP en el conjunto del Estado una amplísima mayoría absoluta (entre 190 y 195 escaños) y pronosticaba un descalabro histórico del PSOE (entre 116 y 121 diputados). Aunque la tendencia en la intención de voto que marca esta encuesta coincidía básicamente tanto con la propia percepción social -siempre subjetiva- como con otros sondeos publicados, los datos han sido cuestionados debido a que, en una interpretación nada descabellada, han sido cocinados para alarmar al potencial electorado socialista con el fin de movilizarlo para impedir la tan contundente victoria de Rajoy. Pero es que, además, en Euskadi los datos del CIS patinan desde todos los puntos de vista. En el caso de Nafarroa, por ejemplo, la chapuza demoscópica es tan escandalosa que ni siquiera se ha ofrecido a los encuestados la opción de votar a la lista de GeroaBai que encabeza Uxue Barkos. En cuanto a la CAV, los resultados resultan inverosímiles, por cuanto auguran un triunfo del PSE (siete escaños), seguido del PP (cinco), mientras que a PNV y Amaiur les otorga tres escaños a cada uno. Los datos solo pueden contestarse con datos. La encuesta de Gizaker que hoy publica DEIA es, en ese sentido, concluyente y arroja unos datos prácticamente inversos. El PNV será la fuerza más votada en el conjunto de la CAV, seguido de Amaiur. Ambos se sitúan en una horquilla de entre cinco y seis escaños, por lo que ese sexto diputado, correspondiente a Gipuzkoa, será, probablemente, muy disputado. Por su parte, el PP obtendría cuatro representantes, uno más que hace cuatro años, pero haciendo válido una vez más el aserto de que en Euskadi se vota de forma distinta que en el Estado. El PP de Basagoiti no conseguiría, así, rentabilizar de forma tan notable el tirón de Mariano Rajoy y la deba-cle del PSOE. Descalabro que, en contra de lo pronosticado por el CIS, sí sufre, y de manera muy acusada y notoria, el PSE de Patxi López, que se quedaría con tres escaños, seis menos que en las anteriores elecciones generales. No cabe duda de que los datos de Gizaker arrojan una fotografía de Euskadi mucho más fiel y más acorde con la realidad sociopolítica vasca. En cualquier caso, y como todo sondeo, lo relevante es la tendencia que revela y que muestra a las claras la fortaleza del nacionalismo, el auge de la izquierda abertzale y la caída libre en la que se encuentra el PSE tras su pacto con el PP y su acceso a la Lehendakaritza. Y, además, confirma la opinión generalizada de que el CIS no deja de ser un instrumento de manipulación al servicio del Gobierno español de turno.