En el último año y medio sin Gobierno, Bélgica ha crecido por encima de la media de la eurozona y ha reducido el déficit público en un 3,7%. Dicen las estadísticas que ha sido el consumo interno el que explica los buenos resultados. El acuerdo entre partidos no ha terminado de resolver el problema de fondo, porque el conflicto entre flamencos y valones va más allá del uso puntual de la lengua pero, mientras, ambas comunidades han demostrado en su cotidianidad una madurez envidiable.