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Una tremenda responsabilidad

El nuevo San Mamés, la modernización del club y de Lezama, la reforma estatutaria, la consolidación deportiva, la optimización de la cantera... son solo aspectos del gran reto de Urrutia: responder a todos ellos con los valores que hacen al Athletic diferente

EL incontestable triunfo electoral de Josu Urrutia, quien ya es el presidente de la historia del Athletic con el respaldo en votos de más socios y al mismo tiempo el primer jugador rojiblanco que alcanza la presidencia del club desde la época fundacional y más de un siglo después de Juan Astorquia, quien fuera como él capitán del equipo, y de Enrique G. de Careaga; refrenda que la masa social ha percibido en su apuesta, tan personal como diferente en estos tiempos de milimetrada mercadotecnia, la autenticidad precisa para plantear con éxito un cambio de estilo a través de la potenciación de los valores que siempre han sido característicos del club de Ibaigane. Pero, al tiempo, la misma particularidad de su propuesta y el enorme respaldo obtenido sitúan sobre los hombros del nuevo presidente una responsabilidad inmensamente superior a todo lo que Urrutia ha conocido hasta ahora en su largo compromiso afectivo y/o profesional (401 partidos, 14 años) con el Athletic. Urrutia y su equipo -incluido un Marcelo Bielsa a quien desde a la distancia se le adivina esa misma autenticidad- inician un compromiso cuya dificultad supera incluso la ya intrínseca a la obligación de mejorar la gestión y los resultados obtenidos durante los últimos cuatro años por Fernando García Macua y su directiva y su traslación al plano deportivo de la mano de Joaquín Caparrós, a quien la afición rojiblanca deberá recordar con agradecimiento como el técnico que rehizo y relanzó a los leones. Urrutia y su equipo no solo deberán afrontar retos como la construcción del nuevo San Mamés y el traslado de socios y localidades de un estadio a otro, la modernización del funcionamiento del club -que a última hora de ayer se evidenció necesaria por la pobreza organizativa del traspaso de poderes- y de las instalaciones de Lezama o la reforma de los estatutos; no tendrán únicamente que consolidar el nivel del primer equipo, potenciarlo a través de la optimización del trabajo de cantera y prepararlo para un futuro que también en lo competitivo viene marcado por la crisis económica; a Urrutia y a su equipo se les va a exigir, se les debe exigir además, que todo ello se haga con una disposición que realmente refleje, sobre el césped y más allá, en todos y cada uno de los componentes del club, los valores que han hecho al Athletic diferente durante sus 113 años de existencia y admirado en el planeta fútbol. Y ello pasa también por corregir las equivocaciones de la historia más reciente y, de inicio, respetar en lo posible aquello que ha venido funcionando de la mano de quienes les han precedido. Porque también ellos son Athletic y porque ya hoy Josu Urrutia es el primer representante de todo el Athletic, de quienes le votaron ayer, de quienes eran sus oponentes, de quienes votaron a estos y de aquellos que sin ser socios son rojiblancos hasta la médula. Y Urrutia y su equipo, el Athletic, necesitarán también de todo su apoyo.