A tan solo una semana de que los ciudadanos acudan a las urnas a depositar su voto, el sondeo realizado por CIES en la CAV y Gizaker en Nafarroa para DEIA y que este periódico está publicando estos días dibuja un escenario electoral más que probable caracterizado por una extraordinaria y visible similitud con el comportamiento de hace cuatro años -salvo en la obligada corrección debida a la irrupción de Bildu- que deja una complicada y hasta endiablada situación en algunas instituciones que obligará a pactos plurales y muy distintos. En primer lugar, los datos del sondeo indican muy claramente que el PNV es no solo el partido que gana ampliamente las elecciones en los tres territorios de la CAV, sino que sube de forma significativa en intención de voto al captar, muy probablemente, apoyos que anteriormente pudieron ir a EA. Justo lo contrario de lo que sucede con los socios preferentes PSE y PP que o bien bajan su apoyo -caso de los socialistas, que pierden votos incluso en sus feudos tradicionales- o se mantienen, en una sonora respuesta social a su pacto para desalojar al nacionalismo, en forma de rechazo manifiesto por parte de la ciudadanía. La sociedad vasca ni entiende ni quiere su alianza. Además, la presencia de Bildu en las urnas normaliza los resultados y hace aflorar la Euskadi real, que, por otra parte, se va acercando cada vez más a un escenario con cuatro grandes partidos ya que los minoritarios pierden definitivamente tanto apoyos como relevancia, como es el caso de Aralar y Ezker Batua que por separado -hace cuatro años fueron en coalición- igualan resultado en votos pero sufren una vital pérdida de representantes. Los resultados que arroja la encuesta en las principales instituciones pone las cartas -todas las cartas- encima de la mesa. En Bizkaia, José Luis Bilbao ve avaladas sus políticas y sus apuestas y está a punto de doblar a la suma de PSE y PP. Iñaki Azkuna, por su parte, cosecha en Bilbao un apoyo espectacular y una excelente valoración popular y roza la mayoría absoluta. En ambos casos, el riesgo para los jeltzales está en la desmovilización de su electorado, que puede pensar que la partida está ganada cuando lo cierto es que las distintas combinaciones pueden complicar muy mucho su reelección, sobre todo sabida la intención de PSE y PP de reeditar su pacto allá donde la suma se lo permita. En el resto de instituciones forales y en las capitales, los resultados del sondeo dejan claro que serán necesarios pactos de complicada ejecución, aunque queda claro el aval a los diputados generales actuales ya que suman más apoyos. Al contrario que ocurre con Azkuna, los alcaldes socialistas de Donostia y Gasteiz, Odon Elorza y Patxi Lazkoz, sufren una importante pérdida de votos. Mención aparte merece la situación de Nafarroa, donde NaBai está a punto de ser la segunda fuerza y se convierte en elemento clave, ya que la suma de la derecha no consigue la mayoría absoluta.
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