La estatua, el facha y el bisabuelo
En el mete-saca de la política, definición modernizada de la que dio el obispo Bossuet, vale todo: que la justicia sea de piedra, escribir al disparate, mezclar a Bin Laden con Bildu y Guardiola o recordar al bisabuelo del Borbón. Solo cabe definirles por lo que son. Exclusivamente.
EN la plaza de Saint-Sulpice, en pleno corazón de París, cuatro esculturas marcan los puntos cardinales. La del norte, obra de un escultor de nombre Feuchère, representa a Jacques Benigne Bossuet, a quien Feuchère sólo pudo definir por lo que era: a los pies de la efigie, como única inscripción, se puede leer "Évèque de Meaux", es decir, obispo de Meaux, ciudad que como mayor mérito tiene el de haber sido en la antigüedad capital de Brie, región de la france que da nombre a unos famosos quesos.
El señor obispo, que allá por el siglo XVII era reconocido por sus sermones, dejó para la posteridad una definición de política: el acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir. Y debía saber del tema por cuanto fue preceptor del Delfín Luis de Francia, nieto de Luis XIV y padre de Luis XV. O sea, nieto y padre de rey... porque un sarampión no le dejó cumplir la profecía que habían hecho sobre su progenitor, el Gran Delfín: "será hijo de rey y padre de rey, pero nunca será rey". Acertaron en parte. Era hijo de rey y nunca fue rey pero tampoco fue padre de rey ya que su hijo no lo fue de Francia, por el sarampión citado, ni de España, porque renunció a serlo en beneficio de Felipe de Anjou, Felipe V, lo que dio inicio, fíjense cómo acaba la historia, a la dinastía de los borbones. Pues la definición de Bossuet sigue siendo válida en el reino del último Borbón, aunque quizás no sea equilibrio la palabra exacta cuando se es capaz de cualquier cosa en ese mete-saca de la política. Hasta de convertir la justicia, sobre todo si mira al norte, en una estatua y a la prensa... ¡Ay la prensa!
Como decía Churchill, quien también fue un buen sermoneador además de protagonista del libro de cabecera de José María Aznar durante un tiempo, un fanático es aquel que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema. No exagero. Editorial de La Razón ayer: "Una sentencia lamentable". El diario de Paco Marhuenda se refería, claro está, a la habilitación por el Tribunal Constitucional de las listas de Bildu. Decía además que "el brazo político de ETA ha recibido luz verde para presentarse a las elecciones". Y advertía: "Y al menor indicio de que favorecen a los terroristas o los justifican o los exaltan, se ha de instar a la ilegalización de forma inmediata". ABC, o sea, Vocento en Madrid, afirmaba que "El TC se cree a ETA" un día después de haber asegurado a toda portada que "ETA no puede estar" mientras ElCorreo Español, es decir Vocento en Euskadi, editorializaba "Democracia sin exclusiones" porque "el derecho a la participación política se antepone a la sospecha que se ceñía sobre Bildu" después de que Javier Tajadura Tejada, profesor titular de Derecho Constitucional en la UPV, asegurara en sus páginas que "la decisión de la Sala especial del 61 de anular las candidaturas de Bildu resulta constitucionalmente no solo proporcionada sino obligada para preservar el Estado de derecho". Ni siquiera Rajoy ha dicho tanto. Sí, Mariano Rajoy. Metido a escribano en ABC, Vocento, pero no en El Correo Español, Vocento. Decía esto otro: "En primer lugar, debemos ser capaces de defender a la democracia del daño que el terrorismo quiere hacerle. En segundo lugar, debemos ser capaces de evitar que las democracias se dañen a sí mismas cuando se defienden del terrorismo". Claro que don Mariano esto lo afirmaba en referencia a Bin Laden, no a Bildu, que como sabe todo buen español (popular o socialista) que lee Vocento (en Madrid o en Euskadi) es mucho peor que Bin Laden, a quien Obama aplicó la teoría de Lincoln: "La más estricta justicia no es siempre la mejor política".
Conste que no soy yo el que mezclo temas. Lo hizo Ildefonso María Ciriaco Cuadrato Ussía Muñoz-Seca, más conocido como Alfonso Ussía, el martes en La Razón: "Me despierto mañana con la noticia de que han aparecido fiambres De Juana Chaos o Josu Ternera y me baño entonando un zorcico (sic). Bildu ha sido rechazado por el Supremo y Ben Laden ha muerto. Si el Real Madrid remontara esta tarde la eliminatoria, sería demasiado para mi cuerpo. Porque sinceramente... triste no estoy". Lástima, don Ildefonso María Ciriaco Cuadrato, lástima; pero el Real Madrid no remontó la eliminatoria. Se lo puede ratificar el señor Rubalcaba, madridista y españolazo de pro como usted aunque no tan facha como usted dice ser. Y perdone pero sólo puedo definirles por lo que son, como Feuchère al obispo. Rubalcaba vio el partido junto a Zapatero y Lissavetzky en La Moncloa. Al parecer, tampoco tenía otras preocupaciones. Lo decía El Semanal Digital. Y quizás hasta se lo pueda ratificar con informe de la Guardia Civil. A él, los ujieres del Congreso le regalaron al día siguiente un BOE falso en el que se declaraba al "F.C. Barcelona como representante del Gobierno de España en la final de la Liga de Campeones (...) pues la imagen de España está en juego y, para captar inversores, Pep vende más que Mou". Zin acritú, que diría Guerra: Con la necesidad del PSOE, a lo mejor le fichan para las elecciones. Sí, elecciones, eso del equilibrio entre los que quieren entrar y quienes no quieren salir que decía el bueno del obispo Bossuet hace más de tres siglos. O lo que, según José Ignacio Armentia en El País, ya esbozó el bisabuelo del Borbón que es rey, no ha sido hijo de rey y no sabe si será padre de rey. Armentia contaba así el mete-saca: "Batasuna y sus diferentes marcas sufrieron la rigidez de la norma. También Sortu, un partido en cuyo nacimiento se repudiaban explícitamente las vías violentas. EA y Alternatiba han sido los siguientes marginados. ¿Cuáles serán los futuros afectados? ¿El independentismo? ¿El nacionalismo vasco en su conjunto? Dicen que en su lecho de muerte Alfonso XII hizo ante su mujer, María Cristina, apología del bipartidismo: 'De Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas'. ¿Estaremos entrando en Euskadi en un nuevo periodo alfonsino?". Un apunte: en Euskadi, Sagasta y Cánovas van juntos. Aún.