EL consejero de Vivienda del Gobierno vasco, Iñaki Arriola, presentó el viernes, de forma más propagandística que informativa, las líneas maestras del anteproyecto de ley vasca de vivienda elaborada por su Departamento. Se trata de un boceto que contiene tics aparentemente "progresistas", "ambiciosos" y "de lo más avanzado" en la materia, muy del gusto del Gobierno López, pero que más parece un globo sonda que no verá la luz tal y como está planteado ya que tendrá que recorrer durante este año no solo la negociación con los partidos representados en el Parlamento, sino asumir también un necesario pacto con los ayuntamientos, además de quedar abierto al debate ciudadano y a la aportación de ideas a través de internet. El detalle más llamativo de este borrador tiene que ver con el derecho subjetivo a la vivienda, "exigible ante los tribunales para aquellas personas con mayores dificultades de acceso", tal como afirmó, no sin cierta grandilocuencia, el consejero. Pero el anteproyecto va más allá: propone gravar u obligar al alquiler a los dueños de pisos que se mantengan vacíos sin causa justificada durante dos años, expropiar viviendas protegidas en condiciones excepcionales y regular la intervención en rehabilitación y regeneración urbana. Aunque a primera vista el anteproyecto cumple con el argumentario que cabría esperar de un gabinete socialista, más allá de que esté apoyado por un partido conservador como el PP; sin embargo, las condiciones que siembra a lo largo del texto deslucen esta primera impresión y el recorrido que tendrá que realizar hasta llegar al Consejo de Gobierno acabará por reducir el carácter más o menos innovador del que ahora pretende presumir. El anteproyecto, además, se introduce por fangosos vericuetos al gravar con un canon especial ad hoc las viviendas vacías -amén de que habrá que definir lo que es un piso deshabitado y cómo se vigila esta circunstancia sin interferir en el derecho a la propiedad y a la intimidad-, establece el alquiler obligatorio, la expropiación forzosa de VPO y ese derecho "subjetivo" a la vivienda aún no concretado. Lo que queda meridianamente claro tras conocer las primeras reacciones es que el Gobierno López se ha lanzado en solitario por una pendiente sin fin pero con un objetivo no declarado. Basta conocer la respuesta del PP para ver que Arriola ni siquiera ha consensuado el texto con su socio preferente. Y menos aún con los ayuntamientos. La advertencia de Basagoiti de que los populares no aprobarán esa ley -es decir, que muy difícilmente saldrá adelante- deja en evidencia que el motivo de este brindis al sol no es solucionar el problema de la vivienda, sino coger carrerilla progre de cara a las elecciones que se celebrarán dentro de cuatro meses. Es grave que se utilice un tema sensible y espinoso como la vivienda y el derecho a la misma para hacer propaganda electoral oculta.
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