LA pasada semana, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) compareció en el Parlamento Vasco. He visto tras esta comparecencia una clara voluntad de subrayar e insistir en que era la primera vez que esto sucedía y me he animado a escribir este artículo para contextualizar esta primera visita.
Es posible que alguien tenga la tentación de reescribir la historia y pretender que el respaldo y apoyo a las víctimas del terrorismo es algo que comenzó ayer, esto es, la pasada semana con motivo de esta visita de la AVT. Pero esto no es cierto y a las pruebas personales me remito. Fui parlamentario vasco desde la primera legislatura y presidente de la Comisión de Derechos Humanos hasta 1999. Posteriormente, participé como secretario en la mencionada Comisión del Parlamento Vasco que decidió constituir una ponencia específica para analizar la situación de las víctimas de la violencia en Euskadi. Esta Comisión no se reunió ayer ni anteayer, la primera reunión de esta Comisión de la V Legislatura se celebró concretamente el día 24 de febrero de 1999, esto es, el pasado siglo.
Entre los meses de marzo de 1999 y octubre de 2000, la Ponencia de Víctimas celebró más de 20 reuniones en el Parlamento, y ante la misma comparecieron las personas, asociaciones y colectivos que así lo decidieron. La AVT prefirió en su momento no comparecer, pero esto no obsta para que su asociación figure en un espacio específico en el Informe final elaborado por la Ponencia. No entro en las razones que motivaron entonces su no comparecencia y tampoco las voy a valorar, sólo quiero dejar constancia de que su postura, sus posiciones y su información fueron tenidas en cuenta por los miembros de aquella Comisión en la que personalmente participé.
Al año siguiente de que se culminaran los trabajos de esta primera Ponencia, el lehendakari comprometió la puesta en marcha de una dirección específica dentro de la estructura del Gobierno que tuviera como cometido exclusivo la atención a las víctimas. Y así se hizo. A comienzos del año 2002, el Gobierno vasco había creado la Dirección de Atención de Víctimas del Terrorismo y ese mismo año el Parlamento Vasco aprobó el primer decreto de ayudas a las víctimas. El primero en Euskadi, sí, pero también el primero en todo el Estado.
Algo más adelante, el mes de junio del año 2003, tuvo lugar otro hito que es importante también remarcar ahora. La Comisión de Derechos Humanos del mismo Parlamento Vasco en el que yo participaba, aprobó una ponencia con trece medidas específicas de apoyo a las víctimas del terrorismo. Este acuerdo logró el apoyo de todos los grupos de la Cámara. Más adelante, el año 2007, el Gobierno vasco organizó el primer acto de homenaje y reconocimiento a las víctimas del terrorismo. Este homenaje tuvo lugar en el Palacio Euskalduna de Bilbao, y en el mismo tomaron parte los propios familiares de las víctimas del terrorismo, quienes se vieron acompañados por las máximas autoridades políticas e institucionales de Euskadi. Este homenaje se emitió en directo por ETB y ha tenido desde entonces carácter anual.
Todo esto y mucho más es historia real que yo he vivido en primera persona. Y la he vivido además con los máximos representantes políticos e institucionales del Partido Nacionalista Vasco al que pertenezco y al que he representado. El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento que constituyó la primera Ponencia de Víctimas el año 1999 fue Iñigo Urkullu, y el lehendakari del Gobierno vasco que puso en marcha todas las iniciativas institucionales citadas fue Juan José Ibarretxe.
Pertenecemos a un partido político comprometido desde siempre con la paz, contrario al terrorismo y al uso de la fuerza para defender postulados o intereses políticos. Esta es la cultura que hemos aprendido y la que hemos transmitido siempre, es la cultura con la que estamos comprometidos como organización política.
Esta es nuestra historia real. Esto es lo que hemos hecho y lo que vamos a seguir haciendo, a pesar de que haya quien pretenda una actuación de clara intencionalidad política en este terreno. Una intencionalidad que trata siempre de menoscabar y enturbiar la trayectoria del nacionalismo democrático en Euskadi.
He escrito este artículo porque fui parlamentario electo de la primera Cámara Vasca y porque participé directamente como secretario en la constitución de la primera Ponencia de Víctimas del Terrorismo en el Parlamento Vasco... y en cualquier otro Parlamento. Es sin duda prueba de un compromiso que, tanto personal como colectivamente, hemos mantenido desde siempre en nuestra historia. Se nos podrá reprochar que pudiéramos haber comenzado antes, pero lo que no vamos a admitir es que se pretenda reescribir la historia, olvidar más de un década y pretender ubicar en 2010 algo que comenzó muchos años antes.
Decía Lao-Tsé que "un viaje de mil millas comienza con el primer paso". Me siento orgulloso de haber estado presente en ese primer paso como secretario de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco. Me siento orgulloso de la determinación y resolución con que se comenzó a dar aquel primer paso. Comparto también todos los pasos que se dieron a continuación, tanto los políticos como los institucionales, siempre con el impulso del Partido Nacionalista Vasco.
Para finalizar, quiero volver a subrayar que el "viaje de las mil millas" que Euskadi todavía debe recorrer para reparar el dolor de las víctimas no se inició la semana pasada, sino que institucionalmente tuvo lugar el mes de febrero de 1999, esto es, el siglo pasado. Esta es la historia real.