EL gabinete de Patxi López llegó a Ajuria Enea con diferentes compromisos de "cambio" y una ácida -y, a la vista tanto de lo que se ha demostrado de forma fehaciente como de su propia actuación posterior- absolutamente falaz crítica a la gestión económica realizada por anteriores gobiernos nacionalistas. El tiempo, sin embargo, sigue poniendo a cada cual en su sitio. Y esa realidad y los datos contantes y sonantes ponen en solfa y proyectan alargadas sombras sobre la gestión del Ejecutivo que preside López, también en la vertiente económica, durante los meses que lleva como lehendakari. Los últimos datos disponibles (de septiembre) indican que el Gobierno vasco ha paralizado de forma alarmante el gasto de inversión directa del propio Ejecutivo contemplado en el Presupuesto. De hecho, a tan sólo tres meses para que concluya el ejercicio de 2010, únicamente se ha ejecutado el 19% de este gasto, es decir, una exigua quinta parte de lo establecido en las Cuentas públicas. No sólo eso, sino que el Ejecutivo ha detraído 40 millones de euros que inicialmente estaban destinados a inversión directa para sufragar gasto corriente y de puro funcionamiento, gastos que, por otra parte, se han disparado de forma sorprendente. Tanto, que merece una explicación convincente por parte del gabinete López. Y no sólo porque este hecho incumple de modo flagrante el compromiso adquirido por el propio López y su gobierno, sino porque, en tiempos de obligada austeridad y de ajuste -que se lo pregunten a los propios funcionarios públicos, que lo han sufrido en primera persona-, no es de recibo un incremento tan alto en este capítulo, destinado a lo que generalmente se llama abrir la persiana en la administración vasca. Esta gestión tiene una muy preocupante derivada. No parece muy coherente que en plena crisis un Gobierno no ejecute siquiera lo que tiene presupuestado para la inversión directa. El propio López lo explicitó públicamente, cuando aseguró en mayo -en el momento de anunciar las medidas de ajuste presupuestario por efecto de la crisis- que si hubiera recursos adicionales "se incrementarán las inversiones como estímulo para la economía y la generación de empleo" y que iba a poner especial empeño en reducir los gastos de personal y los gastos corrientes con el fin de mantener todas las partidas de inversiones aprobadas en el Presupuesto. El tiempo, sin embargo, vuelve a desmentir a López. Los gastos aumentan y las inversiones reales se paralizan o frenan. Así lo pone de manifiesto también un reciente informe de la Federación de Cajas de Ahorros Vasco-Navarras, que incide en que "llama la atención la contracción de las inversiones reales (-14%) frente al crecimiento del 3,6% de los gastos de funcionamiento y del 1,3% de los gastos de personal". Patxi López y su Gobierno deben una explicación.