Síguenos en redes sociales:

La conexión a explicar

El posible enlace ferroviario entre Castro y Bilbao que pretende el Gobierno López es un contrasentido con las prioridades del gasto público, con renuncias anteriores al proyecto y, sobre todo, con las necesidades del transporte público en Bizkaia

LA crítica general y a todos los niveles en Bizkaia, con la salvedad de los representantes políticos de PP y PSE, al anuncio por el Departamento de Transportes, que dirige Iñaki Arriola, del encargo de un estudio de viabilidad a la conexión ferroviaria, vía metro, Feve o Renfe, entre Bilbao y Castro Urdiales, es la reacción lógica a un proyecto que primaría intereses externos a Bizkaia y a Euskadi cuando se acaban de paralizar o posponer planes, incluso algunos más que avanzados, en la aún incompleta red ferroviaria del Territorio Histórico, tales como el tranvía de Rekalde, la línea 5 del metro hasta Galdakao y Usansolo, el enlace ferroviario con el aeropuerto de Loiu o la solución a los problemas que plantea en Muskiz y Trapagaran la línea de mercancías. Pero es que, además, ese estudio de la conexión Bilbao-Castro, con un coste inicial previsto de 300.000 euros, plantea otras consideraciones que el Departamento de Arriola se ve en la obligación de aclarar antes de destinar el dinero público a un gasto de difícil justificación por no estar, precisamente, entre las prioridades del desarrollo del transporte público en Euskadi. En primer lugar, el motivo por el que el Gobierno vasco afrontará en solitario el coste del informe sobre un servicio que afecta a dos Comunidades Autónomas y que, en todo caso, debería ser asumido por el Ministerio de Fomento, al menos en el caso de dos de las tres alternativas, las de Feve y Renfe. En segundo lugar, el motivo por el que se retoma ahora, exclusivamente desde Euskadi pero con el aplauso del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla; un proyecto que fue desestimado en 2004 por el mismo Ejecutivo de Cantabria, presidido ya entonces por Revilla en coalición precisamente con los socialistas, por considerar "técnica y socialmente inviable" la idea que entonces plantearon tanto el PP como el hoy polémico alcalde de Castro, Fernando Muguruza. Y en tercer lugar, por qué se encarga dicho informe precisamente cuando está a punto de concluirse el estudio informativo y se calcula para dentro de un año la adjudicación de la redacción del proyecto para la conexión de la línea del AVE entre Bilbao y Santander, que podría -y debería- hacer innecesaria la alternativa planteada ahora por el Departamento de Transportes. En definitiva, lo que el Gobierno que preside Patxi López tiene que explicar es si todos esos contrasentidos se deben a un intento de diluir a medio y largo plazo el perfil propio de Euskadi ligándolo social y económicamente a Cantabria (mientras sigue sin definirse la conexión entre el tramo navarro del AVE y la Y), si surgen de una condición de su socio preferente para resucitar un viejo proyecto de los populares o si se originan en algún otro acuerdo que la sociedad vasca desconoce; con lo que, en cualquier caso, estaría anteponiendo intereses ajenos a las necesidades de Bizkaia.