Supeditación tras la renuncia
La aquiescencia del PSE y López a la supresión de las limitaciones al voto en las sociedades anónimas, las limitaciones en las transferencias de empleo y la traslación mimética de las políticas económicas minusvaloran los intereses de Euskadi
LA aprobación en la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de la enmienda que suprime la limitación de los derechos de voto en las empresas que cotizan en Bolsa esboza un trazo más en el dibujo de una extensa intervención para controlar y minusvalorar los intereses de Euskadi que se ejecuta desde el Gobierno del Estado con la aquiescencia, cuando no la complicidad, del Gobierno vasco que preside Patxi López y la total supeditación del PSE al PSOE. No se trata únicamente de cuestionar si procede que el Ejecutivo plantee una reforma legal que afecta a la legítima administración privada de las sociedades anónimas, que también, ni tan siquiera de preguntarse los verdaderos motivos que han llevado al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, a impulsar personalmente la misma, que igualmente, sino de la comprobación efectiva de que algunos de los que ostentan la responsabilidad de representar los intereses de la sociedad vasca, por cuanto han sido elegidos por ésta con ese cometido, subordinan su defensa a una disciplina partidaria emanada desde la elite política que se asienta en Madrid y que carece tanto del conocimiento de la realidad socio-económica vasca como de la sensibilidad imprescindible para que ésta no se vea afectada por conveniencias que le son ajenas. Esa supeditación práctica y sus efectos se pueden comprobar también en el anunciado acuerdo entre el Gobierno vasco y el Gobierno español para la futura transferencia de las políticas de empleo, que limita la capacidad de autogobierno en dicha materia especificada por el Estatuto de Gernika en su artículo 12 y condiciona por tanto la puesta en práctica de medidas paliativas del que es en estos momentos el mayor problema que afronta la sociedad vasca: el creciente paro que, en el último año, ha alcanzado ya a 138.125 personas con un incremento del 13,1% desde que los socialistas alcanzaron el Gobierno de Lakua merced al apoyo del Partido Popular. Se puede comprobar asimismo en la falta de iniciativa que el Ejecutivo López ha venido mostrando en el desarrollo de políticas económicas propias y de una política industrial efectiva que no sean meras aplicaciones parciales o restringidas de las que, con escaso éxito y sonoras críticas internacionales por cierto, se han diseñado e implantado por el Gobierno del Estado. Pero dicha subordinación de los socialistas vascos a los designios, o los intereses, de Madrid aun a costa de sacrificar los niveles de bienestar y desarrollo de Euskadi es incluso más profunda por cuanto supone además una renuncia ideológica previa, la de rehusar a la utilización de las herramientas aportadas por el autogobierno que ellos mismos defendieron y apoyaron y que la sociedad vasca aprobó mayoritariamente.