BEHINGOZASKE! Los 36 tripulantesdel Alakrana navegan ya camino deSeychelles, de casa, libres de la presenciade los piratas somalíes que leshan encañonado durante 47 días a bordo delatunero bermeano. Y los miles de personasangustiadas que han sobrellevado el secuestrode sus familiares y compañeros durantemás de mes y medio a duras penas contienenel ansia por reencontrarse, en un par de días,con los suyos. Es momento de celebrar unaliberación en la que la presión social, la actuaciónauntiempo decidida, consecuente y tenazde las familias, pero también el apoyo de lasinstituciones más cercanas a éstas, los ayuntamientos-tal y como reconocieron ayer lospropios allegados-, han tenido una participaciónmás que relevante. Pero esa celebraciónno exime de la exigencia de responsabilidadesque, precisamente por sensatez, se había pospuestohasta que se produjera este desenlace.

Muy al contrario, es ahora cuando se hacepreciso recordar la desidia con la que elGobierno español recibió, hace ya más de tresaños, en 2006, las primeras peticiones de armadoresy arrantzales para incrementar la seguridadde sus buques en el océano Índico, asícomo el hecho de que, pese a esas peticiones,los atuneros que faenan frente a las costas deSomalia quedaran fuera de las previsiones deMadrid cuando se negoció en la Unión Europeael radio de acción, los medios y los objetivosde la operación Atalanta.

Se debe recordar hoy, asimismo, la inquebrantabley hasta exagerada negativa con queel Ministerio de Defensa, personalizado en lasdeclaraciones y actitudes de la ministra CarmeChacón, ha respondido este mismo año ala exigencia de protección militar ante la constatableamenaza de los piratas y también lasubordinada aquiescencia a esa posición quemantuvo el Gobierno vasco de Patxi López.

Y se deben recordar las declaraciones salidasde tono, fuera de lugar y hasta injuriosasde la propia Chacón, de la vicepresidenta primera,María Teresa Fernández de la Vega,de la ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación,Elena Espinosa, o de la consejerade Medio Ambiente, Planificación territorial,Agricultura y Pesca del Gobierno vasco,Pilar Unzalu, ésta en más de una ocasión.

Es también ahora, tras la liberación de lostripulantes del Alakrana, cuando deben exigirselas responsabilidades inherentes a lanefasta gestión que durante los primeros díasde la crisis realizaron tanto el Gobierno español como el Gobierno vasco, con la participacióndirecta y crucial de De la Vega y PatxiLópez en la peligrosa decisión de detener ytrasladar al Estado español a dos de los piratasa sabiendas de que tales medidas podíandificultar, o cuando menos retrasar, la liberación;es hoy cuando se debe afirmar de nuevoque en esa arriesgada equivocación estuvieronmovidosúnicamente por el interés políticode paliar el desgaste de imagen que estabansufriendo ambos Ejecutivos precisamente porsu despreocupación anterior.

Y es hoy, con los arrantzales en libertad,cuando se puede constatar que, con la salvedadde aquella tremenda e interesada aparición,la ausencia de López -oficialmente ayerpor enfermedad- ha llegado hasta el día despuésdel secuestro y que el Gobierno españolha manejado incluso los tiempos de la liberacióncon el objetivo de recuperar la imagen deJosé Luis Rodríguez Zapatero al ser éstequien anunciase el feliz desenlace.Sí, es hoy, en definitiva, cuando la sociedaddebe sacar conclusiones. Será el primer pasopara que la angustia de un secuestro como eldel Alakrana no se vuelva a repetir.