El Kremlin y la prensa rusa ignoraron ayer el primer aniversario de la rebelión armada protagonizada en junio de 2023 por el Grupo Wagner, liderado por Yevgueni Prigozhin, que murió bajo extrañas circunstancias dos meses más tarde. Ni la televisión ni los principales periódicos del país informaron de la sublevación que puso durante 24 horas contra las cuerdas al Kremlin y que tuvo eco en todo el mundo, ya que puso de manifiesto la inesperada fragilidad del presidente ruso, Vladímir Putin.
Algunos rusos sí decidieron rendir memoria a los Wagner en el altar en su honor, que incluía fotos y flores, erigido cerca de la Plaza Roja. En víspera del aniversario únicamente se informó sobre la detención por extorsión en San Petersburgo de dos personas vinculadas con Prigozhin.
El 23 de junio de 2023 Prigozhin anunció su sublevación y su marcha hacia Moscú tras denunciar ataques por parte del Ejército ruso contra las posiciones de los Wagner. Prigozhin, cuyas fuerzas tomaron la ciudad sureña de Rostov y estuvieron a unos 200 kilómetros de la capital, desistió de sus planes el día siguiente y después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, le acusara de traición.
Sus partidarios aseguran ahora que la destitución del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, demuestra que Prigozhin tenía razón al acusarle de negligencia criminal en Ucrania.
Además del relevo de Shoigú, ahora secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, en los últimos meses han sido detenidos cinco generales bajo acusaciones de corrupción.
La “limpia”, como la definió el líder socialdemócrata en la Duma, Serguéi Mirónov, amigo de Prigozhin, comenzó el 23 de abril, dos semanas antes de la destitución de Shoigú. Le sustituyó en el cargo Andréi Beloúsov.
Aunque muchos, dentro y fuera de Rusia, especularon con que el jefe del Grupo Wagner fue asesinado, Putin negó que el avión fuera derribado y aludió a la presencia de explosivos en la aeronave.