Acorralados cerca de la valla fronteriza con Egipto y sin ningún lugar a la vista hacia dónde huir. Esa es la situación de 1,9 millones de los 2,3 millones de palestinos en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, donde las tropas israelíes concentran ahora sus embestidas por aire, mar y tierra.

La situación se vuelve cada vez más crítica en la zona a donde se desplazó la mayor parte de la población –por orden del propio Ejército israelí– tras la incursión terrestre por el norte del enclave hace casi cuatro meses. Un temor que se acrecentó después de que el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, anunciara en la noche del jueves que las tropas terrestres se dirigen ahora a Rafah.

Esa ciudad, junto a Deir al-Balah, cerca a Jan Yunis, la principal ciudad del sur, se encuentra entre las últimas áreas que aún les queda a las fuerzas de Israel por atacar, indicó Gallant.

“Estamos cumpliendo nuestras misiones en Jan Yunis y también llegaremos a Rafah y eliminaremos los elementos terroristas que nos amenazan”, aseguró el dirigente de la cartera de Defensa en un comunicado, en referencia a los integrantes del grupo islamista Hamás.

Pocas horas después de este anuncio el Ejército israelí intensificó su ofensiva. Las fuerzas del Ejército judío bombardearon las afueras del último refugio en Rafah, mientras los civiles palestinos quedan atrapados, ya que no tienen permitido abandonar el territorio gazatí.

El sur de Gaza se convierte de esta forma en un foco de desesperación y temor mientras Israel anuncia movimientos militares en la zona, dejando a cientos de miles de personas atrapadas en un éxodo constante hacia Rafah, en la frontera con Egipto. Ante esta situación, la ONU advirtió ayer sobre la gravedad de la situación y el posible desenlace fatal si la operación militar se expande hacia el sur. El temor y la incertidumbre crecen entre la población desplazada mientras Israel intensifica su presión militar en Jan Yunis.

El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, dejó también claro que no habrá tregua en Gaza. Con movimientos militares en Jan Yunis y la promesa de llegar a Rafah, las esperanzas de los desplazados se desvanecen. La situación en Rafah es cada vez más crítica, con más de un millón de personas agolpadas en un espacio reducido, enfrentando bombardeos constantes y la incertidumbre de lo que está por venir en una guerra que cumple 119 días de ofensiva bélica, a la vez que anunció que se había confiscado armas como rifles AK-47, explosivos y munición a milicianos de Hamás.

Combates cuerpo a cuerpo

“Las tropas terrestres de las Fuerzas de Defensa de Israel continúan operando en el oeste de Jan Yunis”, informó el Ejército en un comunicado. “Durante el último día, más de veinte terroristas murieron, principalmente durante combates cuerpo a cuerpo”.

También en Jan Yunis, en “redadas selectivas contra diferentes objetivos terroristas y complejos militares” fueron incautados rifles AK-47, granadas, artefactos explosivos, equipo militar y municiones.

Las tropas israelíes fueron atacadas con varios misiles antitanque, según el comunicado, antes de que “la célula terrorista fuera desbaratada” en un ataque aéreo.

En el centro y norte del enclave palestino, unos diez terroristas fueron asesinados en la zona de Shati, donde también persisten los combates y las incursiones “en sitios de infraestructura terrorista”, reportó el Ejército Israelí.

La ofensiva avanza ahora hacia la urbe de Rafah, última zona meridional de la Franja, donde tan solo vivían unas 250.000 personas antes de la guerra y que ahora alberga a más de un millón de personas desplazadas en 150 kilómetros cuadrados. “La Brigada Jan Yunis de Hamás se jactó de que se opondría a las Fuerzas de Defensa de Israel, ahora se está desmoronando, y les digo aquí, estamos completando la misión en Jan Yunis y también llegaremos a Rafah y eliminaremos a todos los terroristas”, aseguró el miércoles el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant a las tropas de la 98.ª División durante una visita al enclave. En Rafah los ataques aéreos israelíes se incrementaron, y al menos cuatro civiles fueron asesinados.

Condiciones para una tregua

Mientras, el jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh, pidió ayer tras días de negociación “un cese total de los combates” en la Franja de Gaza a cambio de la liberación de rehenes y aseguró que la Yihad Islámica Palestina, que también opera en la Franja, exige lo mismo.

“Reafirmamos la posición de las facciones de la resistencia de que cualquier negociación debería conducir al fin total de la agresión, la retirada del ejército de ocupación fuera de la Franja de Gaza y el regreso de los desplazados a sus lugares de residencia”, informó ayer Hamás.

Haniyeh, quien mantuvo una conversación telefónica con el secretario de la Yihad Islámica Palestina, Ziad Nakhaleh, en el marco de las negociaciones para un alto al fuego en el enclave palestino, recordó también la necesidad de reconstruir la Franja y de garantizar un acuerdo “serio” de intercambio de rehenes por presos palestinos.