Israel prevé una guerra larga, de más de un año, en la que uno de sus principales objetivos será matar a los máximos dirigentes de Hamás en Gaza, según reveló ayer el diario Financial Times (FT). De acuerdo con la información, que cita a fuentes anónimas vinculadas con esos planes, la incursión terrestre en la Franja se prolongará hasta comienzos del año que viene.
La ofensiva sobre el sur de Gaza por las tropas que ya controlan el norte del territorio es “inminente”, señala el diario, que apunta que las tropas tienen el objetivo de matar a los principales líderes del movimiento islamista, Yahya Sinwar, Mohammed Deif y Marwan Issa, así como asestar un golpe definitivo a las capacidades militares de Hamás.
“Esta será una guerra muy larga. Ahora no estamos ni cerca de haber conseguido la mitad de nuestros objetivos”, dijo una fuente no identificada al periódico británico.
En su estrategia, Israel se ve condicionada por los avances operacionales sobre el terreno, por la presión internacional que recibe y por las oportunidades para liberar a los rehenes que Hamás mantiene en su poder, señalan las fuentes. Las próximas operaciones militares de tropas sobre el terreno durarán probablemente “meses y no semanas”, según una fuente, y a continuación habrá una fase de “transición y estabilización” que podría prolongarse hasta finales de 2024. El Financial Times agrega además que, a diferencia de otras campañas anteriores en Gaza, en esta ocasión no habrá un final claro y diferenciado de las hostilidades.
Objetivo, los Líderes de Hamás
Asimismo, el Gobierno de Netanyahu tiene un plan para matar a los líderes de Hamás refugiados en distintos países como Catar, Líbano o Turquía, en el momento en que termine la guerra de Gaza, aseguró por su parte el rotativo estadounidense The Wall Street Journal, que cita a “fuentes oficiales israelíes”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya ha dado las órdenes necesarias para ejecutar los planes al servicio secreto del Mossad, y aunque los planes son confidenciales, hubo una filtración el pasado 22 de noviembre que permitió conocerlos, según el diario. El ministro de Defensa Yoav Gallant dijo en aquel momento que los líderes de Hamás “vivían con el tiempo prestado”.
Los planes comenzaron a diseñarse el mismo 7 de octubre, cuando Hamás lanzó un inesperado ataque contra Israel, pero ha sido, sobre todo, la necesidad de mantener a Catar como mediador para la liberación de rehenes la que ha demorado las operaciones encubiertas.
El máximo líder de Hamás, Jaled Meshaal, vive refugiado en Catar desde hace más de diez años, mientras que el líder de su oficina política, Ismael Haniye, vive en Turquía, y otros líderes del movimiento están en el Líbano.
Israel ya intentó matar a Meshaal en 1997 cuando él vivía en Amán, con un comando que trató de envenenarlo con una inyección en la oreja, pero falló, siendo sus autores detenidos por Jordania; entonces, el gobierno jordano exigió que Israel enviara el antídoto contra el veneno y logró además que Israel excarcelase al jeque fundador del movimiento, Ahmed Yasín.