Familiares de rehenes israelíes secuestrados por el grupo islamista Hamás y que permanecen cautivos en la Franja de Gaza se manifestaron este sábado en Jerusalén frente a la residencia del primer ministro, Benjamín Netanyahu, acompañados por miles de personas y tras marchar durante cinco días desde la ciudad de Tel Aviv.

Portando banderas israelíes e incontables carteles y camisetas con los rostros de los rehenes, los familiares llegaron este sábado a Jerusalén para presionar por la liberación de sus seres queridos cautivos en Gaza.

"Ahora, ahora, ahora, a casa ahora", fue el grito que resumió el reclamo de los familiares, que llevan 43 días sin noticias sobre sus queridos y dicen estar cansados de esperar.

"Nosotros no tenemos el privilegio de quedarnos en casa. No podemos sentarnos e silencio esperando a que alguien nos diga qué está pasando, porque nadie nos dice nada", dijo Yuval Harán, organizador de la marcha y uno de los varios familiares de secuestrados que reclamaron frente a la residencia de Netanyahu.

"Somos 80 familias, acompañadas hoy por decenas de miles de personas que nos apoyan, que marcharon con nosotros y nos ayudan a alzar la voz para que nos escuche todo el mundo", agregó Harán, que tiene siete familiares secuestrados en Gaza.

"Pedimos una sola cosa: reúnanse con nosotros, explíquennos", exclamó, quejándose de que el Gobierno no ha transmitido información a las familias sobre el paradero de los rehenes ni sobre las negociaciones para su liberación.

"Díganme por qué mi sobrino de tres años está en Gaza hace 43 días. Por qué mi madre, que fue secuestrada en su casa y que perdió a su marido, su madre y tantos seres queridos, todavía está en Gaza", agregó.

A él se sumaron varios oradores más, que tienen hermanos e hijos secuestrados en la Franja.

"Hemos caminado por cinco días sin parar. Me duelen las piernas, los hombros, todo el cuerpo, pero nada me duele más que el corazón", dijo Orín Gantz, cuyo hijo, Eden Zecharya, fue uno de los más de 240 capturado durante el ataque de Hamás del 7 de octubre, en el que además murieron más de 1.200 personas.

"Si tenemos que ir caminando hasta Gaza, lo haremos. Iremos a donde sea, pero no abandonaremos a nuestros hijos", añadió.

Entre quienes acompañaron la marcha se escucharon distintos mensajes, tanto en apoyo a las familias como voces críticas del Gobierno israelí.

"Tenemos la sensación de que no están haciendo lo suficiente. No hay transparencia ni comunicación. El pueblo está muy perdido y desesperado. Necesitamos salir a la calle para obtener respuestas", comentó a EFE Haydee, una argentina-israelí residente en Jerusalén.

Este sábado, además, representantes de las familias de los rehenes se reunirán con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y con el exministro de Defensa y actual miembro del Gabinete de Guerra, Benny Gantz.

Después de la reunión, está prevista una nueva protesta en Tel Aviv.

En paralelo con estos eventos, este sábado se registraron también manifestaciones en otras ciudades del país.

En Haifa, cientos de personas se concentraron para pedir la dimisión del primer ministro mientras que otros cientos, incluyendo israelíes judíos y árabes, protestaron en Tel Aviv, pidiendo poner fin a la guerra y exigiendo un acuerdo para la liberación de los rehenes.