Irán ha tejido una red de aliados en Oriente Medio con el apoyo a países y milicias conocida como el Eje de la Resistencia que le permiten extender su influencia a Líbano, Irak, Siria, Yemen y la Franja de Gaza, y que ahora amenaza a Israel. Esta alianza informal, profundamente antiisraelí y antiestadounidense, es uno de los pilares de la política exterior de Teherán, que tiene una influencia variable sobre los diferentes actores que conforman el grupo.

Teherán niega que estos actores actúen bajo sus órdenes, pero ha advertido que la “Resistencia” podría abrir nuevos frentes contra el Estado judío si continúan los bombardeos contra Gaza. Desde el asalto de Hamás contra Israel, se han lanzado ataques contra el Estado judío y bases estadounidenses desde diferentes puntos de la región, aunque aún a pequeña escala.

Líbano

El grupo chií Hizbulá es descrito como la “joya de la corona” del Eje de la Resistencia. Mantiene estrechos lazos con Irán, que ha contribuido ampliamente a su financiación y florecimiento desde los años 80.

Hizbulá tiene control directo sobre amplias zonas y gran poder político del Líbano, donde supone una suerte de “Estado dentro de un Estado” con un brazo político y aparatos de seguridad. Se desconoce su número de combatientes y las estimaciones oscilan entre un par de decenas de miles y los 100.000 milicianos. Se cree también que cuentan con alrededor de 150.000 proyectiles, entre ellos misiles de fabricación iraní con alcance para atacar a mayores distancias.

Irak

La invasión estadounidense de Irak en 2002 y el derrocamiento de Sadam Husein permitió a Irán extender su influencia política y económica en el país vecino a través de distintas milicias, que han formado partidos políticos.

Entre estas milicias se encuentra Kataib Hizbulá, estrechamente vinculada con la Guardia Revolucionaria de Irán, o la Organización Badr, la principal fuerza política proiraní en Irak. Estas milicias han amenazado con atacar bases de Estados Unidos que tiene en Oriente Medio si Washington interviene militarmente en Gaza y si Israel continúa con sus bombardeos de Gaza.

Desde el 7 de octubre se han producido más de una docena de ataques contra bases estadounidenses en suelo iraquí, que han provocado una veintena de heridos, en unas acciones militares que han sido reivindicadas por la agrupación de milicias proiraníes Resistencia Islámica en Irak.

Yemen

El movimiento chií de los hutíes del Yemen controla Saná y amplias regiones del norte y el sur del país árabe con el respaldo político y material de Irán. Ese respaldo se produce como parte de una “guerra a través de terceros” entre Irán y Arabia Saudí, que lidera la coalición militar que intervino en Yemen en 2015 contra los rebeldes hutíes, en la que se ha convertido en la peor catástrofe humanitaria del planeta.

Los hutíes no tienen el poder militar de Hizbulá, pero en los últimos días han reivindicado tres ataques con misiles y drones contra Israel “en apoyo a nuestro hermanos oprimidos de Palestina”, a pesar de encontrarse a más de 1.000 kilómetros al sur del Estado judío.

Siria

Siria es uno de los principales aliados de Irán, que supone una vía clave de abastecimiento de derivados del petróleo y otros enseres al país árabe. Teherán mantiene una fuerte presencia armada en territorio sirio, donde cuenta con asesores iraníes y milicias proiraníes como Hizbulá y la Yihad Islámica, entre otros.

Desde el país árabe se han disparado proyectiles a territorio bajo control de Israel, lo que ha provocado a su vez bombardeos israelíes en las últimas jornadas.

Franja de Gaza

Apoyo a Hamás. Hamás gobierna la Franja de Gaza desde 2007 y recibe apoyo económico, militar y tecnológico de Teherán. Sus lazos se remontan a los años 80, y tras algunos desacuerdos en los últimos años en torno a Siria, se mantienen hasta hoy. Teherán celebró el ataque de Hamás contra Israel y les ha ofrecido su apoyo verbal desde entonces. De hecho, el ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, se ha reunido dos veces tras el ataque con el jefe del Buró político de Hamás, Ismail Haniyeh.