Syriza se muestra fracturada y comprometida con el rescate
Tsipras intenta, ante los suyos, borrar la imagen de claudicación ante Bruselas
atenas - El programa electoral de casi setenta páginas intenta despejar la sensación de que el Gobierno de Alexis Tsipras claudicó ante los acreedores y sostiene que el cumplimiento del programa de rescate no impedirá emprender políticas que lleven el sello izquierdista y reduzcan “al mínimo” los efectos negativos del memorándum. “Un Gobierno de Syriza implementará los compromisos, pero está determinando a reducir al mínimo los efectos negativos, a la vez que seguirá negociando duro todas las partes del acuerdo que todavía están abiertas”, dice el programa.
El texto alude en concreto a algunos de los puntos que todavía deberán perfilarse en otoño con las instituciones acreedoras, como las reformas laboral y del sistema de pensiones, temas fiscales, la explotación de bienes públicos y la renegociación de la deuda, uno de los temas principales de Tsipras.
Entre los asuntos pendientes en los que Syriza espera ganar la batalla frente a los acreedores está el de no dejar en manos de fondos privados la cartera de créditos morosos de los bancos, entre los que se encuentran muchas hipotecas, con el consiguiente riesgo de desahucios masivos. Los debates durante estos dos días dejaron patente la mella que han dejado en el partido siete meses de Gobierno y de negociación permanente en medio de la asfixia financiera.
dimisiones diarias Además de perder a una sexta parte de sus diputados, que optaron por formar el nuevo partido antirrescate Unidad Popular, Syriza se enfrenta a un sangrado interno, con dimisiones diarias de cuadros del partido en todo el país, uno de los cuales ha sido la del secretario general del Comité Central, Tasos Koronakis. Si bien la mayoría de los oradores defendió la lucha sin cuartel dada por el Gobierno Tsipras durante estos meses y abogó por seguir dando la batalla, no faltaron las críticas al modo en que el hasta ahora primer ministro y líder del partido gestionó la crisis y, sobre todo, a la falta de un debate en el seno de la formación.
Entre los críticos estaba el exministro de Finanzas Euclides Tsakalotos, exponente de una corriente de Syriza denominada los 53+, en alusión al número de diputados próximos a esta facción que, sin ser afines al ala radical que abandonó el partido, se sitúan más a la izquierda que otros. El grupo en torno a Tsakalotos criticó la decisión de Tsipras de convocar elecciones anticipadas sin esperar la celebración de un congreso extraordinario, sin un debate interno previo.
Se había llegado a especular en los medios con la posibilidad de que Tsakalotos, quien firmó el tercer rescate, no se presentara a las listas electorales, pero ayer ofrecía públicamente su disponibilidad a Tsipras.
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