WASHINGTON. Con actos de homenaje a los caídos en todo el país, los más significativos se llevarán a cabo en el cementerio de Arlington, a las afueras de Washington y donde se depositará una ofrenda floral en la tumba al soldado desconocido, y en la base de Pearl Harbor, situada en el archipiélago de Hawai.

El entonces presidente de EE.UU., Franklin D. Roosevelt (1933-1945), pidió y obtuvo del Congreso la declaración de guerra contra Japón, lo cual a su vez desencadenó las declaraciones de guerra contra Washington de Alemania e Italia, aliados de Tokio.

"Hace más de siete décadas, un domingo por la mañana en calma, nuestra nación fue atacada sin previo aviso ni provocación", recordó el presidente de EE.UU., Barack Obama, en una proclamación emitida esta semana para designar el 7 de diciembre como Día Nacional de Recuerdo de Pearl Harbor.

En su proclamación Obama anima a todos los estadounidenses a rendir homenaje hoy a las Fuerzas Armadas con "ceremonias y actividades apropiadas", y ordena que las banderas de los edificios federales ondeen a media asta.

"Con solemne orgullo y reverencia, recordemos a los que lucharon y murieron en Pearl Harbor (...) y reafirmemos nuestro compromiso con la defensa de los ideales por los que servían", pidió Obama.

La clase política también se unió hoy a las conmemoraciones del aniversario, con mensajes en Twitter como el de la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes del Congreso, Nancy Pelosi, quien exaltó la "valentía" y el "coraje" de todos los hombres y mujeres militares que mantienen a EE.UU. "seguro".

Las cosas han cambiado mucho en estos 72 años y ahora Japón es uno de los mayores aliados de EE.UU. en Asia.

Precisamente esta semana el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, estuvo de visita oficial en Tokio, donde se reunió con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y sostuvo que la alianza bilateral "es la piedra angular de la paz y la estabilidad en Asia nororiental".