Rusia confirma el traslado de Nadezhda Tolokonnikova, de Pussy Riot, a una prisión de Siberia
MOSCÚ. En un comunicado de apenas dos líneas, el Servicio Federal Penintenciario aseguró ayer miércoles que Tolokonnikova había sido trasladada hace aproximadamente un mes a una colonia penitenciaria ubicada en el territorio de Krasnoyarsk (a unos 3.600 kilómetros al este de Moscú), y que sus familiares habían sido informados de ello "de acuerdo con la ley".
Tolokonnikova, de 24 años, se declaró en huelga de hambre el pasado mes de septiembre para reclamar su traslado de la Colonia Correccional de la región de Monrovia (al sureste de Moscú), en la que, según denunció, había sufrido amenazas de muerte y unas condiciones de vida inhumanas. Las autoridades carcelarias informaron el pasado 18 de octubre de que la activista había sido trasladada a otra prisión.
No obstante, según ha recordado RIA Novosti, las autoridades se negaron a informar oficialmente del lugar del traslado a familiares (ni siquiera a su marido) y compañeros de Tolokonnikova con el argumento de que las "normas" se lo impedían, lo cual dio pie a numerosas especulaciones. Algunos 'blogueros' rusos incluso llegaron a difundir, sin citar fuentes, que había fallecido.
La última vez que fue vista por alguien ajeno a las autoridades fue el pasado 18 de octubre, cuando recibió una visita de su abogado. La semana pasada, el subdirector de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central, Denis Krivosheyev, advirtió de que el caso de Tolokonnikova equivalía a una desaparición forzada.
El pasado 7 de noviembre, la abogada de Nadezhda Tolokonnikova presentó un recurso ante el Tribunal Supremo de Rusia contra la pena de dos años de cárcel a que ha sido condenada su cliente después de recibir el apoyo del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Rusia, Vladimir Lukin, un prestigioso político liberal que fue nombrado Alto Comisionado en 2009 por la Cámara Baja del Parlamento, por recomendación del entonces presidente Dimitri Medvedev.
'LA MISA PUNK' Nadezhda Tolokonnikova, Ekaterina Samutsevich y María Aliojina celebraron en 2012, junto con otras dos miembros de Pussy Riot, una 'oración punk' en la catedral en la que pedían a la "Madre de Dios" que expulsara a Putin del poder.
La actuación provocó una fuerte indignación entre los creyentes ortodoxos y las tres activistas fueron condenadas a dos años de prisión en agosto de 2011 por un delito de gamberrismo relacionado con "odio religioso". La pena de Samutsevich fue conmutada en octubre de ese mismo año por libertad condicional. En mayo de 2013, el Tribunal Municipal de Moscú rechazó el recurso de las otras dos y confirmó la condena.
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