El régimen de Pyongyang decide tender la mano a Corea del Sur tras varios meses de duras amenazas
Corea del Norte ofrece retomar el diálogo y volver a los proyectos de cooperación en marcha
Seúl. El régimen de Corea del Norte ofreció ayer al Gobierno surcoreano retomar el diálogo para reiniciar proyectos conjuntos o encuentros entre familias separadas por la guerra, una propuesta conciliadora que Seúl ha aceptado tras meses de amenazas de Pyongyang. El mensaje remitido desde la capital norcoreana por el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea supone la señal más apaciguadora por parte del Estado comunista desde su campaña de amenazas contra Corea del Sur y EE.UU. llevada a cabo entre marzo y abril después de que la ONU sancionara su prueba nuclear de febrero. Apenas una hora después de transmitirse el documento, el Ministerio de Unificación de Corea del Sur mostró su disposición a aceptar la invitación de Pyongyang. "El Gobierno surcoreano está considerando la propuesta de manera positiva y espera que las conversaciones puedan generar confianza entre ambas partes", explicó en un comunicado la cartera encargada en Seúl del diálogo y las políticas intercoreanas.
En este sentido, como respuesta a la oferta de Pyongyang de ofrecer a Seúl la posibilidad de elegir la fecha y el lugar del encuentro, Corea del Sur pide que se produzca el próximo 12 de junio en la capital surcoreana, en un encuentro que desean se desenvuelva en un ambiente de "confianza mutua". De este modo, se espera que en apenas una semana representantes de ambos Gobiernos vuelvan a sentarse a tratar de limar diferencias de cara a aliviar la tensión vivida en los últimos meses.
anuncio por sorpresa En su sorpresivo anuncio, Pyongyang se ofreció ayer a volver a la mesa de negociación para tratar de desbloquear proyectos conjuntos como el del complejo industrial de Kaesong o el del recinto turístico del Monte Kumgang, ambos situados en territorio norcoreano.
Durante su campaña de amenazas de hace dos meses el régimen juche cortó las líneas de comunicación con Seúl, dio por roto el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea y expulsó a los empresarios surcoreanos del polígono de Kaesong.
Por su parte, el personal surcoreano que trabajaba en el Monte Kumgang fue expulsado en 2008 después de que una turista del Sur muriera por los disparos de soldados norcoreanos. La nota de Pyongyang añadió que "cuestiones humanitarias como el reencuentro de familias separadas (por la Guerra de Corea) se pueden discutir en las conversaciones, si es necesario".
Desde la histórica cumbre de 2000 entre el entonces presidente surcoreano, Kim Dae-jung, y el exlíder norcoreano, Kim Jong-il, casi 30.000 coreanos, muchos de los cuales llevaban más de cinco décadas sin saber de sus seres queridos, se pudieron reunir mediante encuentros cara a cara o por vídeo.
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