trípoli. El embajador de EE.UU. en Libia, Christopher Stevens, y otros tres ciudadanos norteamericanos murieron durante el ataque de manifestantes islamistas al consulado norteamericano en Bengasi, ocurrido la noche del martes. El presidente estadounidense, Barack Obama, condenó el ataque de islamistas al consulado de su país en el que murieron los estadounidenses. "Ejemplificaban el compromiso estadounidense con la libertad, la justicia y la cooperación con países y pueblos en todo el mundo, en fuerte contraste con aquellos que se cobraron cruelmente sus vidas", dijo el presidente, que recordó los esfuerzos de Stevens durante el conflicto vivido en Libia el año pasado.
Obama aseguró "todas las medidas necesarias" para garantizar la seguridad de los intereses estadounidenses en Libia y en otras partes del mundo, a la vez que reiteró la oposición de su país a la violencia. "Cuando el conflicto se extendió en Libia, Chris fue uno de los primeros estadounidenses sobre el terreno en Bengasi", dijo por su parte la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien dio el nombre de otra de las víctimas, Sean Smith, un agente de gestión de la información que trabajaba desde hace diez años en el cuerpo diplomático. Clinton no facilitó los nombres de los otros dos fallecidos debido a que sus familias aun no habían sido informadas.
Según relataba ayer la cadena Russia Today, la primera reacción de Clinton al ser informada del suceso -antes de redactar el comunicado oficial- fue preguntarse: "¿Cómo pueden hacernos esto. Cómo puede pasar esto en un país al que ayudamos a liberar, en una ciudad que ayudamos a salvar de la destrucción?".
La muerte del embajador había sido confirmada previamente por el Ministerio de Interior libio. Según Al Arabiya, una de las víctimas mortales era un guardia. Varios canales de televisión árabes aseguraron que el embajador se asfixió después de que los islamistas lanzasen bombas incendiarias contra el consulado de Bengasi.
Manifestantes islamistas se congregaron la noche del martes frente al consulado libio para protestar por una película producida por un estadounidense en la que supuestamente se blasfema contra el profeta Mahoma, informaron algunos testigos. Según estos, cuando algunos manifestantes atacaron la representación diplomática con lanzagranadas y bombas incendiarias, los guardias libios se retiraron. "A la vez que EE.UU. rechaza los intentos de denigrar las creencias religiosas de los demás, debemos oponernos claramente al tipo de violencia sin sentido que se cobró las vidas de estos empleados públicos", señaló Obama respecto al supuesto detonante de lo ocurrido. El Congreso Nacional libio culpó del ataque a leales al fallecido ex presidente libio Muamar al Gadafi. No obstante, el canal Al Arabiya había asegurado que los atacantes pertenecían a Ansar al Sharia (Partisanos de la ley islámica).