Aviones 'made in Spain'

Bilbao

HACER negocios con tecnología made in Spain se ha vuelto una pesadilla para las autoridades de la República Checa. La compra de cuatro aviones de transporte militar CASA C-295 a la empresa aeronáutica española EADS-CASA (Construcciones Aeronáuticas SA), ha puesto en entredicho la honorabilidad del gobierno que presidió Jan Fischer, al que el actual gabinete checo acusa de corrupción. Fischer dio el visto bueno a la compra de los cuatro aviones sin licitación previa, algo que traspasa los límites no sólo de la ética sino también de la legalidad, ya que contraviene la normativa de la Unión Europea. Pero nada de esto hubiera trascendido si hubiera sido una buena compra, nadie se hubiera enterado si los aviones hubieran sido regulares e incluso malos. El problema es que no funcionan como deben y no han llegado a pasar las pruebas técnicas a las que han sido sometidos. No hay manera de que vuelen sin poner en riesgo la vida de pilotos y tropas. En los dos años que llevan los aparatos en manos del Ejército checo, han tenido que suspender sus vuelos en tres ocasiones. El pasado mes de enero, no se activó la navegación automática en uno de los aviones por lo que el piloto se vio obligado a tomar tierra. El último incidente lo protagonizó otro de estos aparatos a primeros del pasado mes de noviembre, cuando uno de los aviones sufriera una avería antes de aterrizar a su regreso de Sevilla, donde la tripulación había recibido nuevas instrucciones para pilotar los polémicos aviones. Pero lo peor es que los aviones de guerra adquiridos son el mejor blanco para cualquier soldado enemigo. Y es que no funciona ninguno de los sistemas de autodefensa siendo fácilmente localizados, identificados y pudiendo ser derribados con tanta facilidad como los señuelos que se utilizan en los entrenamientos.

a merced del enemigo Los sistemas de estos aviones ni detectan amenazas de iluminación láser, ni de radar, ni el lanzamiento de misiles para interceptarles. Pero incluso si los detectaran, las aeronaves son incapaces responder ya que los sistemas de lanzamiento de bengalas o señuelos tampoco funcionan, haciendo que estos aviones militares sean totalmente inviables en una zona de combate.

El Ministerio de Defensa checo, harto de los problemas que generan estos aparatos, ha decidido ordenar la apertura de una investigación.

romper el contrato Desde el Partido Socialdemócrata checo piden al Gobierno que empaquete los aparatos y se los envíe de vuelta a España sin pagar los 137,5 millones de euros acordados en la transacción. El presidente de la Comisión de Exteriores, Jan Hamacek, era así de claro: "Si el proveedor entrega un producto que no funciona, lo primero que debe hacer el cliente es anular el contrato".

El ministro checo de Defensa, Alexandr Vondra, coincidiendo plenamente con Hamacek, respondía que "en caso de que nuestras reclamaciones no sean atendidas debidamente y a tiempo, propondré al Gobierno que anule el contrato en toda su extensión", señaló. Obedeciendo las indicaciones de su titular, el Ministerio realizó un análisis del contrato de compraventa para encontrar la forma de rescindirlo, pero ahí llegó la última de las sorpresas. La redacción del documento es tan rebuscada que resulta jurídicamente imposible la ruptura. Lo que volvió a provocar las iras de los actuales gobernantes en contra de sus predecesores.

En esta tesitura, el ministro Vondra decidió obligar a la empresa a ampliar la garantía hasta que sea capaz de solucionar los problemas. "No vamos a dar la compra por hecha hasta que los aviones funcionen perfectamente", señaló a radio Praga en su emisión vía internet, en un tono más de deseo que de convencimiento. Y es que Vondra dio un ultimátum a la empresa española para que solucione los problemas. "Nuestra paciencia tiene sus límites. Remitimos al fabricante y al proveedor una carta reclamando la reparación de todos los defectos ya que ninguno de los cuatro aviones es capaz de cumplir las tareas para las que han sido adquiridos", señaló un irritado Vondra.

más vale viejo conocido... Por si acaso, el Ministerio ya se plantea volver a utilizar sus viejos y obsoletos aviones de transporte en caso de que hagan oídos sordos a su petición. "No podemos utilizar estos aviones en las misiones en el exterior como, por ejemplo, en Afganistán". Y es que estos cuatro aviones fueron adquiridos precisamente para su envío al país asiático. Por todo ello, las autoridades checas han decidido recuperar sus viejos y obsoletos Antonov an-26.

La empresa EADS CASA pertenece al consorcio Europhigter y es la encargada de montar los aparatos que llegan al Estado español.

El reino de España también tiene muy molesto al citado consorcio debido a su morosidad. España debe entre 600 y 750 millones de euros (dependiendo de los intereses de demora) a Europhigter. El propio presidente del grupo Louis Gallois ha tenido que denunciar el impago español ante la prensa.