Los políticos británicos han redoblado sus esfuerzos y alargarán la campaña electoral hasta la clausura de las urnas, a las 22.00 horas de esta noche, ante la persistencia de los sondeos en negar una clara mayoría a ningún partido. Por el contrario, un alto porcentaje del electorado indica su disposición a cambiar de opinión sobre su declarada intención de voto y otros muchos siguen indecisos. El voto táctico inclinará la balanza de poder en el Parlamento de Westminster entre conservadores y laboristas.
El bipartidismo está en juego en las elecciones que se celebran hoy en Reino Unido. La constante histórica de mayorías absolutas en el parlamento de Westminster -los laboristas desde 1997 y, en la década anterior, los conservadores- se ha esfumado en la actual campaña electoral. La tercera fuerza del país, los liberales-demócratas, han recortado el progreso de los dos principales rivales en todos los sondeos de intención de voto.
Las últimas encuestas publicadas ayer mantienen la tendencia registrada días atrás: los tories de David Cameron van en cabeza pero cortos de una mayoría holgada; el primer ministro Gordon Brown ha recuperado algo del terreno perdido y sitúa a los laboristas en segunda posición en la intención de voto; el protagonismo de Nick Clegg ha decaído desde su triunfal intervención en el primer debate televisado, el pasado 15 de abril, pero aún tiene posibilidades de actuar de comodín en la formación del próximo gobierno.
El reparto de votos, según YouGov, empresa con un muestreo a los que consulta por internet, da a los conservadores el 35%, invariable desde el ejercicio anterior; los laboristas, con el 30%, suben dos puntos; los lib-dem, con el 24%, bajan cuatro. El instituto ComRes presenta los mismos resultados que en su consulta anterior: Tories, 37%; laboristas, 29%; y Liberales, 26%. Pero esta empresa recoge un dato inquietante para los líderes: el 38% de los consultados señalan que es "muy posible" que alteren hoy su intención de voto. Cerca de dos millones y medio de personas que piensan votar, entre los 45 millones aproximados que han recibido su papeleta, se declaraban ayer indecisos.
La intensidad de la contienda, añadido a la incertidumbre del resultado, ha reanimado el interés por las elecciones. De acuerdo con el sondeo de ComRes,el índice de participación puede dispararse al 71%, frente al 59% que se registró en 2001 cuando la victoria del nuevo laborismo de Tony Blair se daba por descontada. En 2005, con la guerra de Irak como punto común de descontento con el gobierno, la participación fue del 61%, con muchos votantes laboristas evadiendo las urnas.
En esta ocasión, el voto táctico puede inclinar la balanza de poder. Dos ministros laboristas reclaman a sus seguidores que actúen con "inteligencia" para cerrar a Cameron la puerta de Downing Street. Ambos sugieren que se vote lib-dem en las circunscripciones donde la victoria del candidato laborista es imposible. También los diarios de izquierda piden a sus lectores que apoyen en las urnas al diputado con mejor baza para negar la victoria a los conservadores. Esta estrategia beneficia a Clegg, el único líder que da prioridad a la reforma electoral para acabar con el bipartidismo.
Brighton, territorio verde El Partido Verde marcha en buena posición para hacerse con un escaño en el Parlamento británico en las elecciones que se celebran hoy en Reino Unido. Su líder, la eurodiputada Caroline Lucas, será esta mañana la primera representante en Westminster de la formación ecologista si se confirman los pronósticos de los sondeos de opinión. Representará a una circunscripción de Brighton, ciudad costera del sur de Inglaterra con un alto porcentaje de jóvenes alternativos y artistas entre su población.
Lucas protestó por su exclusión de los tres debates que mantuvieron frente a las cámaras de televisión los líderes de los tres principales partidos británicos: laborista, conservador y liberal-demócrata. Fue la novedad de la campaña y un experimento que ha dado un espectacular empuje al candidato de la tercera fuerza política, Nick Clegg, en los sondeos de opinión. El resto de los partidos minoritarios, incluidos los nacionalistas escoceses y galeses, se vieron eclipsados por la atención de los medios de comunicación, que acaparó el líder lib-dem desde el primer debate.
Pero el despegue de Clegg puede favorecer a los Verdes. Si como sugieren los sondeos, el electorado niega la mayoría absoluta a conservadores o laboristas, los partidos pequeños tendrán más posibilidades de influir con sus propuestas parlamentarias en un gobierno minoritario o de coalición. Por otro lado, la reforma del sistema electoral nunca antes ha estado en primera línea de una campaña electoral y, si la presión perdura, podría provocar el fin del tradicional bipartidismo en la política británica.
En un parlamento con una distribución más equilibrada de diputados, los verdes tendrán "más influencia", según reconoce Lucas. "Es muy importante que haya gente día a día diciendo que el medio ambiente es una cuestión crucial, actuando con fundamento en la materia y demostrando sus beneficios a la población", explicó ayer a la BBC la líder de la formación.