La última treta de Karadzic, el genocida

PAMPLONA. Sin escapatoria, aunque con muchas excusas, Radovan Karadzic, el último de los grandes tiranos de la antigua Yugoslovia y responsable de la sangría de Bosnia debía enfrentarse hoy a las 8.00 de la mañana a su ajusticiamiento en el tribunal internacional de La Haya, sin embargo ha logrado aplazar lo inevitable mediante una argucia legal. La última treta de Karadzic. En realidad es la última carta que le queda por jugar ya que se enfrenta a una más que previsible condena a cadena perpetua, pero Karadzic que ha negado todos los cargos de los que se le acusan, no se ha presentado esta mañana a la apertura de su juicio.

A pesar de estar preso desde 2008, la pataleta de Karadzic no presentándose en la sala, retrasará el proceso judicial ya que según los estatutos del tribunal internacional se establece que el acusado debe estar presente en la sala durante el juicio como garantía de una representación justa. "No me presentaré ante ustedes", escribió al tribunal. Quince minutos le ha durado la apertura del juicio al magistrado O-Gon Kwon que ha retrasado de momento el proceso hasta mañana martes.

Karadzic, ex presidente de la República Serbia y ex líder del Partido Democrático Serbio, se enfrenta a 11 cargos entre los que se recoge el genocidio y los crímenes de guerra y contra la humanidad. De seguir su curso, el proceso, que se puede alargar hasta tres años, es probable que termine condenando al líder serbio a cadena perpetua. Así que esto no es más que el último berinche de un hombre que está destinado a encarar sus responsabilidades.

La posible solución para el boicot que ha orquestado ahora Karadzic es que los magistrados lleguen a un acuerdo con él y le concedan entre dos o tres meses más para preparar su defensa en lugar de los diez meses que pedía. También intentó hundir el caso en ocasiones anteriores asegurando que en 1996 autoridades estadounidenses le habían ofrecido inmunidad por sus crímenes a condición de que se retirase de la vida pública. Lo cierto es que Karadzic supo esconderse muy bien durante los últimos 13 años, fue una presa muy escurridiza y no fue capturado hasta 2008 bajo una identidad falsa y ejerciendo como médico. Fue considerado durante años el criminal de guerra más buscado de Europa.

A sus 64 años, a Radovan Karadzic acumula un terrible historial. Se le responsabiliza directamente de la muerte de más de 100.000 personas durante la guerra de Bosnia (1992-1995). Como presidente de la República Serbia y comandante supremo del ejército se le hace responsable personal y directo de masacres como la de Srebrenica o el sitio de Sarajevo, que mantuvo a la ciudad asediada durante 44 meses y murieron cerca de 12.000 personas. Se le acusa de haber ordenado y organizado el asesinato sistemático de más de 8.000 jóvenes musulmanes.

Además de a otros tantos bosnios, croatas y en general ciudadanos no-serbios.Además de todas estas masacres se le acusa de deportar, expulsar y movilizar ilegalmente civiles por causa de su religión, raza o identidad. Perseguir y acosar a políticos, intelectuales, escritores y líderes croatas y bosnios. Y destruir y saquear ciudades, edificios y lugares de culto o sagrados.

“Este juicio es importantísimo para las víctimas, que finalmente ve que se vba a hacer justicia”, aseguró el fiscal jefe del tribunal penal internacional para ex-Yugoslavia, Serge Brammertz. “Cuando hablas con una mujer que te cuenta que 21 miembros de su familia fueron asesinados y de algunos de ellos no tienen ni idea de dónde descansan sus cuerpos, toma uno consciencia de la importancia que este juicio tiene para miles de personas”, apunta el fiscal jefe.

Además de Karadzic, para terminar con los procesos de la antigua Yugoslavia, el tribunal de La Haya todavía persigue por crímenes de guerra al jefe militar serbobosnio Ratko Mladic y al líder político serbocroata Goran Hadzic, que siguen prófugos de la Justicia internacional.