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Híbridos enchufables PHEV

Híbridos enchufables PHEV

Una tecnología que echa un cable a la sostenibilidad. El tercer peldaño de la escalera que conduce a la movilidad sostenible lo ocupan los modelos PHEV, siglas que aluden a su condición de híbridos enchufables (Plug in Hybrid Electric Vehicles). La ascensión comporta un grado de eficiencia energética potencialmente superior, pero también desembolsos y complicaciones de uso considerables. En esencia, los PHEV son como los HEV, pero provistos de un paquete de baterías bastante más solvente, capaz de reabastecerse conectada a la red eléctrica. Para compensar el aumento de peso, suelen montar motorizaciones más poderosas. Su funcionamiento, complejo desde el punto de vista técnico, resulta igualmente sencillo e intuitivo en el día a día.

PROS Y CONTRAS

La gran ventaja de estos modelos obedece a su facultad para avanzar temporalmente en modo 100% eléctrico, normalmente lo suficiente como para cubrir unos 50 km. Esa cualidad los hace acreedores a la etiqueta ‘Cero’ de la DGT, que en ciertos sitios (no aquí) depara privilegios para circular y exenciones de pago en estacionamientos y autopistas. Los híbridos recargables suelen ser algo más potentes y equipados que las versiones HEV del mismo modelo, lo que dificulta la comparación; en caso de paridad, el precio sube en algo más de dos mil euros. El problema es que para sacar partido de su naturaleza plug in hay que tener dónde enchufarlos asiduamente. De otro modo se renuncia a la posibilidad de aprovechar el modo de funcionamiento puramente eléctrico, con lo que un PHEV se convierte en un híbrido normal, más caro y con sobrepeso.