El sueño olímpico de Clara Azurmendi (Donostia, 4-V-1998) tocó ayer martes a su fin, casi a las primeras de cambio. El torneo de bádminton, que es muy corto, no deja casi margen para el error y la guipuzcoana pagó muy cara su derrota en el estreno ante la coreana An Se-young, que es la séptima cabeza de serie en los Juegos Olímpicos de Tokio. La asiática se impuso ayer martes a la nigeriana Dorcas Ajoke Adesokan con muchísima facilidad (21-3 y 21-6) y cerró de par en par las puertas de Azurmendi, que no podrá alcanzar los octavos de final y se despide Japón, a sus 23 años, tras una experiencia a todas luces inolvidable.

No es para menos, ya que no siempre se tiene la posibilidad de disputar una cita de tal calibre, menos aún a una edad tan temporada y en un deporte en el que a nivel mediático vive a la sombra de Carolina Marín, ausente en los JJ.OO. debido a una nueva lesión de rodilla.

Pese a su adiós, Clara Azurmendi puede despedirse de la cita olímpica con la cabeza bien alta. No obstante, aunque cayó derrotada por dos sets a cero (21-13 y 21-8) en su primer partido frente a la coreana An Se-young, que solo tiene 19 años de edad y es una de las grandes promesas del bádminton, aunque se la puede considerar ya toda una realidad -en 2019 se impuso a Carolina Marín en el Abierto de Francia en tres mangas (16-21, 21-18, 21-5)-, se desquitó imponiéndose a Ajoke Adesokan con contundencia.

No dejó margen para el error la guipuzcoana, que ganó por la vía rápida el lunes (21-10 y 21-2) y dejó abierta una vía para un milagro que, desgraciadamente para sus intereses, no sucedió. An Se-young pasó por encima de la nigeriana y, aunque Azurmendi ha sumado más tantos a favor que en contra en su debut olímpico, no ha podido alcanzar los octavos de final.