bilbao - El Barakaldo ha destapado la caja de los truenos. El cisma interno es ya monumental, hasta el punto de que las discrepancias entre el técnico de la primera plantilla, David Movilla, y el director deportivo, Iñaki Zurimendi, han ido más allá de la mera diferencia de opiniones para convertirse en un asunto personal irreversible y que ha causado un terremoto dentro de la Junta Directiva presidida por Orlando Sáiz, que la semana pasada vio cómo tres miembros de su equipo -Marco García, responsable del área legal; Unai Rivero, área social; y Eneko Aldama, infraestructuras- presentaron la dimisión al alegar motivos personales.

La crisis institucional, lejos de solucionarse, se ha avivado en las últimas fechas, cuando se ha echado más gasolina al fuego. El último episodio, el más ilustrativo de la profunda fractura abierta entre los más máximos responsables deportivos de la entidad de Ezkerraldea, lo protagoniza el extenso escrito que Movilla, con firma del pasado 27 de febrero y al que ha tenido acceso DEIA, remitió al presidente y a su Junta Directiva, que tienen previsto, en principio, gestionarlo en una reunión de urgencia para mañana, aunque el asunto podría afrontarse hoy mismo ante la dureza del texto y las denuncias que expresa el entrenador, curiosamente la apuesta de Zurimendi la temporada pasada para dirigir al equipo aurinegro.

Movilla, que se denomina mánager deportivo, adjunta dos anexos a su argumento matriz, en el que vierte las acusaciones directas a la persona de Zurimendi, y en el que censura al propio presidente y a los directivos Sergio García y Borja del Prado por proponerle en una conversación la tarde del 24 de febrero, viernes, “cesar en mis funciones de mánager en base a una serie de acusaciones de cierto calado”, en referencia a un informe redactado por el director deportivo a petición de la Junta y que no dejaba en buen lugar el modelo del técnico.

La respuesta de este no puede ser más contundente y pide directamente la destitución de su jefe: “Iñaki Zurimendi carece de capacidad, conocimiento, rigor, dedicación y disponibilidad necesaria para seguir realizando las funciones de secretario técnico con la eficacia que este club requiere. Además, ha demostrado su falta de lealtad a este club, dejándolo en un mal escenario con jugadores, representantes, secretarios técnicos y directivos deportivos de otras entidades, faltando a la verdad de manera grave”. Movilla va más allá y recurre a la cláusula quinta de su contrato, por la cual solicita que Zurimendi “no tenga ninguna influencia, responsabilidad, ni relación con el primer equipo de manera inminente, contratando a un nuevo secretario técnico o director deportivo, buscando que este sea una persona competente y eficaz”.

El técnico vizcaino presume de méritos en sus anexos, ya que desde su nombramiento en su cargo “he liderado con el mayor rigor y contrastada eficacia” varias acciones, entre las que resalta “la puesta en marcha de un plan estratégico de captación, planificación deportiva a todos los niveles” y la “detección de diferencias en balance económico de la plantilla de la temporada 15/16 entre la secretaría técnica y la tesorería del club, de aproximadamente 30.000 euros de los cuales 12.000 fueron localizados”.