NO es el RB Leipzig un club que genere precisamente simpatías en el fútbol alemán. Fundado tras la compra por parte de la empresa de bebidas energéticas Red Bull del SSV Markranstädt, un anónimo club de quinta división de una localidad ubicada a once kilómetros de Leipzig, su ascenso hasta la Bundesliga en siete años a base de una fortísima inyección económica nunca ha gustado entre las aficiones rivales. Sacrifiquen al toro o Sacrifiquen al toroRed Bull, enemigo del fútbolubicadas en el Westfalenstadion del Borussia Dortmund el curso de su debut en la máxima categoría del fútbol alemán (2016-17), con un diario berlinés negándose a escribir su nombre en la clasificación y sustituyéndolo por Dosenverfauf (los que venden latas). En un partido de la Copa, aficionados del Dinamo Dresden lanzaron una cabeza de toro al césped y ya cuando militaban en Segunda División los hinchas del Unión Berlín, quizás su antítesis en cuanto a forma de entender este deporte, acudieron a un partido vestidos de negro simulando un funeral y con una enorme pancarta en la que se leía: En Leipzig ha muerto la cultura del fútbol.En Leipzig ha muerto la cultura del fútbol

Pero incluso en un club tan artificial -¿acaso no lo son ya la inmensa mayoría del panorama continental con tanto petrodólar, amago de Superliga y millonarias inversiones extranjeras?- hay algún resquicio para cierto romanticismo, encarnado por Yussuf Poulsen (15-VI-1994, Copenhague). El espigado (1,92) delantero danés, que tras ser titular y marcar ante Bélgica y Rusia salió del once por una lesión y en cuartos tuvo que partir desde el banquillo por la irrupción de un Kasper Dolberg con el que hoy se juega una plaza para salir de inicio en la semifinal ante Inglaterra, aterrizó en el club en 2013, cuando este se encontraba en la tercera categoría del fútbol alemán, y ha vivido en primera persona gran parte de su proceso de crecimiento hasta consolidarse como un habitual en la Liga de Campeones. Y no lo ha hecho como pieza marginal. Es el jugador que más partidos ha disputado con la camiseta del RB Leipzig (293) y la pasada campaña fue su máximo goleador sumando las tres competiciones, con once goles.

Hijo de padre tanzano (falleció de cáncer cuando Yussuf solo tenía seis años) y de madre danesa, Poulsen llegó a las categorías inferiores del Lyngby con 14 años y con 17 debutó con el primer equipo, pero no fue capaz de impedir su descenso a la segunda categoría danesa. En ese nuevo curso marcó once goles y llamó la atención de un recién ascendido a la tercera división alemana RB Leipzig, que pagó 650.000 por su traspaso. Su adaptación fue inmediata. En su primer curso en el club, compartiendo piso con otro recién llegado que posteriormente acabaría haciendo carrera en el Bayern Múnich, Joshua Kimmich, fue importante en un nuevo ascenso con un total de diez goles. Ya en la Bundesliga 2 fueron llegando jugadores ofensivos de notable nivel (Ante Rebic, Emil Forsberg, Marcel Sabitzer, los dos últimos aún en el club...), pero Poulsen siempre fue un referente en la delantera, logrando el ascenso a la máxima categoría en 2016. Sus registros goleadores han bajado desde entonces, con la excepción de su magnífica campaña 2018-19, con 15 dianas en la Bundesliga incluido un hat-trick ante el Hertha Berlín, pero sigue siendo importante y en el club tienen fe ciega en él, hasta el punto de que el año pasado le renovaron hasta 2024. Poulsen es toda una institución en el RB Leipzig, el resquicio romántico del club más odiado de Alemania.

Llegado desde la segunda división danesa, Poulsen compartió piso con Joshua Kimmich en el primer curso de ambos en el RB Leipzig