- Es un clásico en todas las campañas electorales. El PNV aún recuerda como si hubiera sucedido ayer que el socialista Patxi López negó en Basauri durante la campaña de las elecciones de 2009 su intención de pactar con el PP para desalojar al PNV de Ajuria Enea, y en la mismísima noche electoral cambió de criterio y aceptó los votos populares para apartar a Juan José Ibarretxe de Lehendakaritza. Desde entonces, los jeltzales aprovechan cada mitin en Basauri para alertar contra el riesgo de una operación de desalojo aunque los protagonistas lo nieguen por ahora. En esta ocasión, se hacen cábalas con una mayoría de izquierdas de EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos y, aunque parece una operación política poco viable por la salud del pacto entre PNV y PSE y por las reservas de los socialistas a acordar con una izquierda abertzale que se resiste a condenar las pintadas en su contra, el PNV no quiere tentar a la suerte porque los socialistas se van a enfrentar a presiones importantes desde Elkarrekin Podemos. Ayer previno contra esa alianza "desastrosa" para Euskadi y pidió un resultado "rotundo" para los jeltzales para desactivarla.

Fue el presidente de la ejecutiva jeltzale, Andoni Ortuzar, quien se pronunció en esa clave en un mitin en Basauri. Por la mañana, en Gasteiz, el candidato Urkullu se había ceñido nuevamente a su guion, con una apuesta por el empleo para situar el paro en las tasas previas a la pandemia del coronavirus, por debajo del 10%, con un plan que prevé movilizar 10.000 millones. También por la tarde en Basauri, aseguró que el PNV ha salido "de todas las crisis" y exhibió la experiencia en gestión como garantía para decantar el voto de los vascos.

Ortuzar se encargó del discurso más político. Alertar contra la alianza de izquierdas es un elemento movilizador del electorado, pero también permite al PNV aspirar al resultado más alto posible y ampliar la distancia con respecto a EH Bildu para que el desalojo de los jeltzales pierda legitimidad o, al menos, para que el PSE sienta una presión menor para romper con el PNV desde la noche electoral, donde se espera un marcaje intenso de Elkarrekin Podemos. "Hoy descartan la alianza pero, ojo, lo hacen como el zorro aquel de la fábula de Esopo y luego adaptada por Samaniego. Aquel que, como no podía alcanzar las uvas saltando, las desprecia diciendo: no están maduras. Ojo con estos. Os recuerdo por enésima vez que fue aquí en Basauri donde Patxi López dijo que los socialistas vascos jamás pactarían con el PP, y la noche electoral ya lo tenían cerrado, y luego pasó lo que pasó. Para que las uvas estén verdes, para que esa operación que sería desastrosa para Euskadi no salga, hace falta un resultado rotundo para el PNV", animó. Ya lanzó esta advertencia en una entrevista en este periódico cuatro días antes del inicio de la campaña, donde avisaba de que hay sectores del PSE que no verían con desagrado la alianza, tras los acuerdos en Irun o Galdakao. Cree que el PNV es el único que propone ideas, frente a una alianza de izquierdas que solo ocultaría un "pacto anti-PNV".

Los jeltzales se fijan como reto crecer al menos un escaño por cada territorio, para pasar de los 28 actuales hasta los 31. La previsión es que EH Bildu, en el mejor de los casos, ascienda hasta los 20, frente a los 18 actuales. Con estos resultados, el PNV ampliaría su distancia con respecto a la izquierda abertzale y podría presentar un desalojo como una maniobra contra la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca.

Urkullu presentó a Basauri como un modelo de reinvención y que cuenta con grandes empresas del metal. Tras puntualizar que la crisis económica va a golpear duro, dijo que lo importante es decidir "a quién encomendamos el timón para que nos saque de la tempestad y nos lleve a buen puerto". Volvió a presentar al PNV como "la apuesta segura, de confianza". "Lo hemos hecho en el pasado. Hemos salido de todas las crisis. Ahora saldremos. Palabra de PNV. Recordad las inundaciones de 1983, unidas a la crisis de sectores tradicionales como la siderurgia o el metal. Recordad la crisis económica de mediados de los 90. Recordad cómo estábamos hace solo una década. Euskadi estaba en recesión. Conseguimos remontar la situación. El pasado año habíamos logrado reducir el paro por debajo del 10%. Lo vamos a volver a lograr", dijo. Planteó su plan Guztiok Bat de reactivación y de empleo "para sumar toda la fuerza institucional, diputaciones y abierto a los ayuntamientos, dotado con 10.000 millones de euros, para favorecer la inversión y colaboración público privada". El gancho de Urkullu es que la mayoría de instituciones las gobierna el PNV con el PSE, lo que garantiza el trabajo en equipo.

Recentralización. Ortuzar dijo que la comisión de reconstrucción del Congreso, "con la excusa de que es necesaria una mayor coordinación, nos va a querer recentralizar". Añadió que el PNV ha peleado con "uñas y dientes para que el mando único no nos laminara", y no admitirá pasos atrás ni pasar de Euskadi a "vascongadas".

"El llamado pacto de izquierdas es un eufemismo para esconder un pacto anti-PNV"

Presidente del EBB del PNV

"Lo hemos hecho en el pasado, hemos salido de todas las crisis. Ahora saldremos"

Candidato a la reelección por el PNV