Aunque la incertidumbre arrastrada hasta el último momento –y en cierto modo no despejado por completo– en torno a la reforma fiscal propuesta por el Gobierno de Pedro Sánchez hacía prever una dificultad en su transposición a las funciones de las haciendas forales, un rápido movimiento consensuado por los gobiernos de Imanol Pradales y Pedro Sánchez permite que esté definido ya el procedimiento de concertación. El preacuerdo –cuyo alcance y desarrollo puede ser imitado en el caso de Nafarroa cuando así lo decida su gobierno–, garantizará que los nuevos impuestos a la banca, las multinacionales o el vapeo sean gestionados por las haciendas de los Territorios Históricos. El desarrollo técnico culminará el proceso de asunción de las funciones fiscales pero, por el momento, la insistencia del Grupo Vasco del PNV en el Congreso acelera hacia la estabilidad ante eventuales dificultades políticas futuras. No ha sido baladí que el debate sobre la forma y el fondo de estas nuevas figuras impositivas las haya acabado definiendo como impuestos y no con otras figuras –gravamen o tasa– cuya concertación habría sido una dificultad añadida. La condición plena de haciendas de los Territorios Forales se ve refrendada y blinda su cualidad recaudadora. La eventual modificación futura de estos impuestos, en virtud de la evolución de las mayorías políticas en el legislativo español, no debería suponer un factor de inestabilidad que amenazara con la pérdida o limitación de esta función en beneficio de la Agencia Tributaria. El preacuerdo es político, pero sus consecuencias se convierten en estructurales en favor de la integridad fiscal de las haciendas forales, cuestionada desde otras sensibilidades políticas. La dependencia del Gobierno español de los socios de la investidura de Sánchez ha facilitado la diligencia, pero no cabe perder de vista que quienes han introducido en la agenda negociadora este ámbito –el Grupo Vasco– han sido quienes tienen más desarrollado el modelo de gestión y autogobierno desde una perspectiva práctica y no solo ideológica. Esta actualización del ejercicio de la plena autonomía fiscal no ha estado en la agenda negociadora de otros grupos que han acabado cerrando filas con el Gobierno español. Celeridad y eficiencia aportan estabilidad en todas direcciones.