Uno de cada tres trabajadores desempeña en el Estado un empleo que requiere menos formación de la obtenida, o lo que es lo mismo, la tasa de sobrecualificación es del 35,9%, una cifra que se sitúa a la cabeza entre los países de la Unión Europea (UE), cuya media es del 22,2%. Esta tasa, elaborada por Eurostat y actualizada con datos de 2022, mide la proporción de personas que ocupan un puesto de trabajo que requiere menos formación de la obtenida respecto a la población en edad de trabajar.

Desde 2013, primer año de la serie histórica de Eurostat, España se sitúa a la cabeza de Europa en trabajadores con más formación de la que requiere su puesto de trabajo.

Según la encuesta de población activa (EPA), a cierre de 2022 el 46,2% de los ocupados contaba con educación superior, siendo el mayor grupo por nivel de estudios, seguido de los que han completado hasta la primera etapa de educación secundaria (25,2%) y los que han completado hasta la segunda etapa de secundaria (13,66%).

Expertos de empresas de recursos humanos señalaron una carencia de profesionales con titulaciones científicas, tecnológicas, ingenierías y matemáticas, ya que aumenta a mayor ritmo la demanda de trabajadores que la oferta de graduados.

Igualmente, fuentes de CEOE advirtieron también del desajuste entre la formación y las necesidades de la empresa de nuevos perfiles para hacer la doble transición ecológica y digital, así como del fallo en la orientación profesional que sufren los jóvenes.