El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO), Unai Sordo, advirtió ayer martes de que observa un “excesivo optimismo” sobre la proximidad de alcanzar un acuerdo tripartito sobre la reforma laboral y señaló que ni siquiera está garantizada la firma entre el Gobierno y los sindicatos. Sordo reconoció que “las negociaciones están en un momento clave y avanzadas”, con el plazo marcado por el Gobierno para la aprobación de la reforma, fin de año, cada vez más próximo. Sin embargo, el secretario general de CCOO insistió que “queda mucha tela por cortar”. Esta semana las reuniones van una detrás de otra, hoy mismo hay una reunión. Más allá del plazo, que 10 o 12 días dan para mucho cuando se está negociando horas, la cuestión es el fondo y en estos momentos hay todavía serias discrepancias en materias que para los sindicatos son claves, como son las que tienen que ver con la negociación colectiva”, recalcó.

En este sentido, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, indicó que los plazos que manejan en la negociación pasan por que esta semana termine “con los temas suficiente maduros” y empezar a redactar la semana que viene “el texto concreto del acuerdo”. “Esto debería ser lo normal, no tiene ningún sentido alargarlo, (...) no necesitamos más tiempo”, apuntó.

Álvarez insistió en que, aunque la negociación está “en la recta final, no está despejada la incógnita de si va a haber acuerdo”. “No hay nada escrito de quién estará en ese acuerdo (...) si no es útil no vamos a estar”, dejó claro el líder de UGT. Sobre la reforma laboral habló también el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, quien defendió la “vocación inequívoca de llegar a un acuerdo” con el Gobierno para llevar a cabo la reforma laboral y valoró la docena de acuerdos logrados durante los dos años de la pandemia basándose en el diálogo social.

En este sentido, Garamendi deseó que las negociaciones lleguen a buen puerto, lo que “no significa que vayamos a decir que sí”, subrayó.