El teletrabajo apenas ha llegado a extenderse en la administración de la CAV en este último año y medio. Las dificultades para teletrabajar son evidentes en sectores como la sanidad, la educación o la Ertzaintza, pero también en los ámbitos más de oficina existen complicaciones para trabajar en casa sobre todo asociadas a las conexiones informáticas y al tratamiento de informes y documentación.

La cuestión es que, a diferencia de la administración estatal, entre los más de 70.000 empleados públicos que dependen del Gobierno vasco apenas se ha extendido el teletrabajo durante la pandemia. Una realidad que ha sido denunciada de forma recurrente por las centrales sindicales, que en los momentos con mayor número de contagios acusaban a Lakua de falta de voluntad para poner en marcha un sistema de teletrabajo generalizado en la administración de la CAV, incluso acusaban al Ejecutivo de falta de confianza en sus trabajadores.

En las primeras semanas de pandemia sí hubo funcionarios que trabajaron en remoto en organismos como Lanbide, aunque una vez preparadas las oficinas con mamparas y distancias de seguridad la generalidad ha sido el trabajo presencial también en el Servicio Vasco de Empleo. Por otro lado, en sectores esenciales como sanidad o educación el teletrabajo prácticamente no tiene razón de ser. En cuanto a la justicia o la propia administración de Lakua el trabajo a distancia ha sido también residual.

Sector privado

La empresa vasca, en general, sigue mostrando dudas a la hora de pactar sistemas de teletrabajo estables en el tiempo y esto puede ser un problema porque la ley contempla multas para quien no regule esta cuestión. Al margen de las grandes empresas sigue existiendo resistencia por parte del empresariado a abordar esta cuestión en la negociación colectiva.

El Consejo de Relaciones Laborales (CRL) señalaba a finales de agosto que los nuevos convenios apenas estaban recogiendo estos aspectos asociados al trabajo a distancia como la compensación de gastos o la salud laboral. La última ley de teletrabajo es de julio, pero apenas incluye algunas aclaraciones en relación al primer decreto de septiembre de 2020, por lo que las empresas han tenido tiempo para hacer los deberes.

Otra cuestión es que el teletrabajo es también un tema espinoso para la parte social. Los sindicatos asumen que trabajar desde casa es la opción preferida de muchos trabajadores y favorece la conciliación, pero a la vez es una barrera para la organización sindical al contribuir a dispersar las plantillas.