Una herramienta fiscal de la Diputación de Bizkaia ha generado una inversión de más de 28 millones de euros en startup del territorio histórico. Se trata de una modificación del Impuesto sobre Sociedades que entró en vigor en 2017 y que genera una auténtica simbiosis tributaria. Una empresa emergente, casi por definición, no paga Sociedades porque los beneficios no llegan generalmente hasta varios años después de su puesta en marcha. La norma generalizada es vivir en el filo de las pérdidas hasta que la idea, el negocio, cristaliza.Sin embargo, tienen un importante gasto en innovación, que es una de las principales vías de deducción de las empresas y que en su caso se pierde porque en realidad no se retrata en hacienda precisamente por su balance negativo. Ocurre que esa compañía emergente no tiene siempre la liquidez o el apoyo financiero necesario para afrontar las inversiones.

Para romper esa espiral, la Hacienda foral vizcaina introdujo un nuevo artículo en el Impuesto sobre Sociedades, el 64 bis, que permite a una empresa que no invierte en I+D, pero tiene beneficios, financiar el gasto de innovación de una startup. Posteriormente se ha abierto el mecanismo a todo tipo de compañías y se ha puesto en manos de la sociedad de garantía recíproca vasca, Elkargi, su gestión, pero el covid ha frenado su desarrollo y alcance. Limitando al mínimo su impacto en las emergentes y poniendo a empresas ya veteranas a la cabeza de su uso.

Hasta la pandemia, la trayectoria avalaba la apuesta como resorte de puesta en marcha de empresas. Desde su arranque en 2017, la herramienta ha permitido la financiación de 87 proyectos que han generado una inversión de 27,8 millones de euros. Son datos referidos a los tres primeros años, queda por contabilizar las cifras de 2020, que se cerrarán a finales de este mes al término de la campaña de Sociedades. La directora general de Elkargi en Bizkaia, Amaia Jugo, anticipa que la actividad se centró el año pasado en proyectos de empresas ya en marcha, la novedad, y que el alcance de la en el caso de las startup fue muy reducido

En cualquier caso, el incentivo ha tenido un gran impacto en el desarrollo de las emergentes. Probablemente más de la que tendrá la rebaja fiscal que del Gobierno español, que plantea reducir del 25% al 15% el tipo de Sociedades de las empresas emergentes. Se trata de una modificación que entraría en vigor en 2022 y que no parece que vaya a tener eco en Euskadi.

ecosistema emprendedor

Fuentes de la Diputación de Bizkaia destacan que su apuesta seguirá centrándose en incentivar la inversión de las empresas que nacen, con fondos propios o prestados. No solo a través de la artículo 64 bis, también con otras herramientas que respaldan de forma directa la eclosión de nuevo negocios. En ese capítulo, la literatura del gobierno foral vizcaino es amplía. A través de Beaz, la agencia de desarrollo empresarial de la Diputación establece ayudas a fondo perdidos para el lanzamiento de nuevos proyectos desde la fase embrionaria: los gastos de viabilidad y constitución de la compañía, con un máximo de 105.000 euros y de 20.000 euros en las inversiones de arranque de la compañía.

Además también se contemplan financiaciones de hasta de 450.000 euros en el capital social o préstamos participativos.

La atracción de inversores a través de crowfunding, el acceso al fondo de innovación u otras deducciones fiscales por innovación tecnológica completan el ecosistema de apoyo a la creación de empresas de Bizkaia.

A la espera de conocer los datos del año pasado del artículo 64 bis y de la evolución este año con un escenario con menos estrecheces a medida que se gana la batalla al coronavirus y se normaliza la economía, las expectativas son altas.

La referencia de 2018, con 41 proyectos financiados y un alcance de 21 millones de euros, es una base sólida para el programa. Todo ello en un escenario marcado por las exigencias de las transición energética y la digitalización de la industria, que generan oportunidades de negocio en diversas áreas de actividad. Los fondos Next Generation y los proyectos impulsados por el Gobierno vasco y por las compañías para el territorio alimentan la percepción de que hay oportunidades para el desarrollo empresarial.

27,82

millones de euros han invertido diferentes ‘startup’ en 87 proyectos financiados a través del mecanismo fiscal puesto en vigor en 2017 por la Diputación de Bizkaia y hasta 2019. La herramienta puso en marcha el año pasado una plataforma coordinada por Elkargi para conectar a las empresas emergentes con las que tienen excendentes de inversión que no pueden deducir.