La vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, afirmó que el Servicio Vasco de Empleo-Lanbide inicia su transformación para cambiar su estructura organizativa y conseguir un servicio eficaz de empleo, y que deje de ser visto por los ciudadanos como un mero “tramitador de ayudas sociales”.

Mendia presentó en rueda de prensa en Bilbao el proyecto de transición y mejora de Lanbide-Lanbide Hobetzen, con el que se emprende un proceso de cambios organizativos, de atención y de intervención que buscan conseguir un sistema público de empleo eficaz, que culminará en 2022 cuando se lleve al Parlamento la Ley vasca de Empleo.

El reto planteado es que Lanbide se convierta en “una auténtica herramienta de la políticas activas de empleo”, profundizando en la formación que necesitan los perfiles profesionales que demandan las empresas, dirigida con especial interés a las personas con discapacidad, los jóvenes y los mayores de 45 años parados o trabajando y que requieran formación digital.

El proceso supondrá cambios en toda su estructura y funcionamiento para conseguir la plena eficacia de un servicio público que facilite la creación de empleo de calidad, y pueda responder a las demandas de profesionales de las empresas vascas, y abre un tiempo de “transición” hasta lograr un servicio más eficaz y que genere confianza.

Mendia manifestó su compromiso con que “en un tiempo” Lanbide pueda subir el 4 % del volumen total de contratación en Euskadi que viene gestionando, ya que todas las mejoras tecnológicas y organizativas van a redundar en mejorar la orientación de los desempleados, y “la información que tendrán los trabajadores” del servicio.

Queda también pendiente, indicó, “lograr que los ciudadanos vean a Lanbide como un servicio vasco de empleo y no solo como un mero gestor y tramitador de ayudas”.

Acompañada por la viceconsejera de Empleo, Elena Pérez Barredo, y la directora general de Lanbide, Gloria Múgica, Mendia explicó que los cambios se van a empezar a materializar ya y, en concreto, se va a poner en marcha una unidad de coordinación y comunicación, ya prevista en los estatutos de Lanbide pero no desarrollada hasta ahora, que transmitirá las directrices, información y gestión de las direcciones hacia el resto de la organización para dar coherencia a las decisiones en toda la red.