Un 37% de los comercios de Euskadi cree que el escenario económico no mejorará hasta 2022, un 33,6% que podría conseguirse en un año y un 18,8% que la crisis permanecerá en el tiempo, según una encuesta realizada el pasado mes de abril por Eusko Ganberak - Cámaras Vascas, que refleja que, pese a que la crisis sanitaria "está incidiendo de manera importante" en el sector, la mayoría de los negocios no tiene previsto variar la dimensión de su plantilla.

Las Cámaras de Comercio Vascas han alertado de que la pandemia de covid-19 está teniendo "un alto impacto" en el sector comercial de Euskadi, al reducir su capacidad productiva y afectar al empleo. "El comercio pasa por un mal momento y se tienen que tomar medidas eficaces ante una situación imprevisible, desconocida y cambiante", han reclamado.

En este marco, las tres Cámaras vascas han realizado una encuesta entre el sector, tenido en cuenta las realidades "diferentes" que viven los comercios que han podido abrir durante la crisis y los que no lo han hecho por obligación legal, estos últimos con "datos, lógicamente, más pesimistas".

En función de este estudio, un 82,8% de los comercios vascos considera que el principal factor determinante para la salida de la crisis pasa por la activación de la economía a nivel local, seguido por las ayudas del estado (77%), una respuesta unificada a nivel europeo (70,5%) y la consecución de una vacuna contra el covid-19 (69,6%).

En todo caso, un 37% de los encuestados augura, al ser preguntados por la duración de la crisis, que "el escenario no mejorará hasta 2022", frente a un 33,6% que cree que podrá lograrse en un año. Un 18,8% opina que "la crisis se quedará con nosotros y deberemos adaptarnos a ella".

El informe refleja que la evolución del escenario económico es "mucho más pesimista" en aquellos establecimientos que han tenido prohibida su apertura a lo largo de la crisis. En concreto, un 56,9% cree que será "brusca y profunda" y que la recuperación "tardará". En términos generales, el nivel de preocupación del comercio vasco es "muy alto" y para dos terceras partes de los comercios que han tenido que cerrar en el estado de alarma "supone la máxima preocupación", explican las Cámaras.

Con respecto a las perspectivas económicas, el estudio concluye que el comercio prevé una recuperación "lenta", aunque existe "un mayor optimismo en aquellos negocios sin prohibición de apertura". Desde las Cámaras de Comercio, han precisado que las expectativas de los negocios "han cambiado radicalmente" con respecto al periodo anterior a la pandemia.

De hecho, antes de la crisis, un 65,1% de los comerciantes que no han podido trabajar preveía una situación buena o muy buena de cara al futuro, mientras que en la coyuntura actual para un 89,3% la previsión es mala o muy mala. Entre los negocios que se han mantenido abiertos, esta diferencia es menor, con porcentajes del 64,8% y del 78%, respectivamente.

Según la encuesta de las Cámaras vascas, las principales dificultades para volver a abrir los negocios son la falta de pedidos, las medidas de seguridad implementadas, los problemas de tesorería, las dificultades de distribución y de aprovisionamiento.

Sin embargo, un 67% de los comercios que ha podido abrir durante este tiempo indica que no ha perdido posición competitiva en el mercado, mientras que la mitad de los comercios con cierre por obligación legal ha visto cómo la pandemia repercutía negativamente en su posición competitiva.

El colectivo de los comercios que no ha podido abrir ha visto disminuir sus ingresos "drásticamente", de modo que la mitad cifra esta pérdida por encima del 50% y un 23,1% por encima del 75%. En los comercios abiertos, el descenso se sitúa entre el 20% y el 49%. El principal motivo que citan los primeros son la imposibilidad de realizar su actividad, mientras que en el caso de los segundos es la falta de demanda.

A pesar de que la incidencia de la crisis sanitaria en el comercio de Euskadi, la encuesta revela que "la gran mayoría" de los negocios no tiene previsto variar la dimensión de su plantilla.

Por otro lado, uno de cada cuatro comercios con prohibición de abrir ha perdido sus clientes más importantes y un 50,3% espera perder alguno.

Los principales problemas logísticos corresponden a los comercios abiertos y se centran en los aprovisionamientos (57,1%) y con porcentajes muy similares, en los stocks (48,4%) y la distribución (45,1%).

LIQUIDEZ

Los datos de la encuesta refleja que la crisis está originando u originará problemas de liquidez en los comercios vascos, sobre todo en aquellos que no han hecho su apertura. Las obligaciones de pago que más preocupan son los impuestos, los sueldos y los pagos a la Seguridad Social.

Otro tipo de pagos como los arrendamientos inmobiliarios, los préstamos financieros y el pago de suministros inciden más en el colectivo que no ha podido abrir su establecimiento en abril.

Por otra parte, las principales medidas organizativas del colectivo sin prohibición de abrir son incrementar las medidas de protección de los trabajadores, reducir o redistribuir la jornada y la reorganización física de los puestos de trabajo en lo referente a las distancias de seguridad.

En el grupo de comercios con prohibición de apertura, aunque las medidas de protección y la adecuación de los puestos laborales se mantienen entre las prioritarias, se intercala entre ambas la aplicación de un ERTE por fuerza mayor.

Además, se señalan tres medidas empresariales para hacer frente a la epidemia: la solicitud de avales y ayudas, la reducción de la actividad y la revisión de los contratos con clientes y proveedores. El grupo de comercios con prohibición de abrir prioriza la consecución de avales y ayudas, y los que han abierto sus puertas la reducción de actividad.

Entre las previsiones de cambios futuros en la operativa del negocio los dos colectivos comerciales analizados coinciden, pero con prioridades e intensidades diferentes. Los principales cambios que citan son potenciar nuevos canales de venta, explorar nuevos mercados y clientes, y más planes de contingencia.

Finalmente, la encuesta recoge una valoración de las medidas adoptadas por las administraciones públicas, que los comercios de Euskadi ven "insuficientes", según han explicado las Cámaras.