BILBAO - La junta de accionistas del Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ) aprobó ayer las cuentas anuales y el aumento del valor del precio de las acciones. La presión de un grupo de médicos socios, que buscaba liberalizar el precio para que fuera posible comprar y vender paquetes accionariales por encima del valor establecido, había generado cierta tensión interna de cara a la junta. De forma paralela, otro grupo había presentado una propuesta para subir el porcentaje de socios necesarios para cambiar los estatutos y limitar así el margen de maniobra a los críticos. Finalmente, los accionistas que buscaban blindar los estatutos retiraron su planteamiento de los puntos del día a votar. El director general, Miguel Ángel Lujua, les agradeció el gesto. Los críticos también valoraron como positivo la retirada del punto, que calma las aguas y rebaja tensiones.

El reparto de fuerzas (los médicos críticos habían conseguido captar el interés de unos 300 socios para una masa accionarial compuesta por cerca de 1.100 personas) inclinó la balanza en favor de la dirección.

La junta de accionistas tuvo carácter privado y estuvo por tanto cerrada a la prensa. De modo que no se pudo pulsar el clima en el que se celebró el encuentro. Además, la convocatoria se había fijado a las 19.00 horas y no hubo comunicado oficial del resultado de las votaciones. Sin embargo, según pudo saber DEIA a última hora de la noche de ayer, la dirección logró un respaldo mayoritario y sacó adelante tanto las cuentas -a las que en principio tampoco se oponían los críticos- como el cambio de valor de las acciones, fijado por una auditoria externa.

Agrupados en la Plataforma de Accionistas del Igualatorio (PAI), los críticos habían echado un pulso a los actuales gestores del IMQ porque entendían que el blindaje de estatutos que se iba a introducir en la junta de ayer “limitaba la capacidad de maniobra” de los propietarios del igualatorio, que no son otros que los propios médicos, a la hora de fijar el precio de las acciones.

Algunos de ellos están jubilados y otros están cerca de la edad del retiro. Los críticos se quejaban de que, debido a ese esquema cooperativista, deben vender su paquete accionarial -compuesto por 1.000 títulos- a un precio fijo, 67.000 euros, “por debajo del precio de mercado”. Por ello piden que los estatutos dejen de marcar un tope.

La dirección, por su parte, propuso aumentar gradualmente el techo del valor de las acciones, de modo que pasará a 99.000 euros el próximo año y a 165.000 en 2021. La junta respaldó su propuesta. - DEIA