IRUÑEA - A Enrique Ordieres, presidente de Cinfa, le gustaría que dentro de otros 50 años la compañía tuviera la satisfacción de seguir produciendo fármacos de calidad que permitan una sostenibilidad del sistema y la creación de riqueza en el sector. “Esta es la visión estratégica para Cinfa”, apunta sonriente.

Bodas de oro en Cinfa. 50 años de actividad no es una anécdota sino categoría. ¿Cuál diría que es la clave para su pujante vigor?

-Tener claro la misión de la compañía; la nuestra siempre ha sido poder ofrecer al paciente soluciones de calidad en un modelo sostenible, tanto para el sistema como para la ciudadanía, buscando la colaboración de los profesionales sanitarios; en nuestro caso poniendo nuestras soluciones por el canal Farmacia. Esta ha sido una de las claves. Otra, más interna, es el perfil del equipo; formamos un grupo de 2.000 personas totalmente involucradas en el proyecto. Es una constante a lo largo de estos 50 años.

¿Cómo se logra este éxito y esta fidelidad?

-Es la consecuencia de una historia de calidad, de compromiso. Hemos conseguido que los ciudadanos, los pacientes y los profesionales sanitarios confíen en una compañía que en 50 años ha mostrado unos valores y una manera de hacer bien las cosas.

En era de multinacionales, Cinfa se mantiene al 100% con capital nacional, ¿limita el crecimiento o es una forma de evitar la deslocalización?

-Nos gusta esta peculiaridad; tenemos la suerte de que con este modelo tomamos las decisiones aquí, en Navarra. Esto nos permite ser muy ágiles en la gestión en adaptarnos a los momentos. Es una cualidad positiva.

¿Cuántas plantas tiene en España? ¿Y en otros países?

-En el mundo empresarial no descartamos nada, pero tenemos claro que dentro de lo que podamos nos gusta poder controlar todo. Es un valor de compañía. Contamos con seis plantas en cuatro comunidades autónomas diferentes y nuestra idea es seguir produciendo en España. Conocemos muy bien a nuestros proveedores e intentamos buscar sinergias de empresas próximas porque nos permite ser ágiles y conocer bien donde trabajamos.

¿Tiene penetración Cinfa en mercados no españoles?

-Sí. Dentro del grupo estamos en cien países; somos líderes en nuestro país, pero también desde el año pasado con una serie de compras tenemos una posición importante en el sur de Europa, sobre todo en el sur de Francia, en Italia, en la zona de Centroamérica, en la zona de África francófona, en Oriente Medio, toda la zona Mena (Norte de África) también alguna presencia en Corea; siempre buscando distribuidores cercanos que nos permitan entrar en estos países.

Pharmagrip, omeoprazol, paracetamol, prednisona, amoxicilina, clavulánico, valsartan, atorvastatina... ¿Podríamos decir que disponen del vademécum más completo del mercado español?

-Tenemos más de 3.000 productos diferentes en el grupo; en contrato en Cinfa unas 1.500 soluciones y productos distintos para los pacientes. En el área del medicamento somos líderes en el mundo del genérico, con un vademécum que cubre todas las áreas terapéuticas. Productos con receta, sin receta, alimenticios, de dermocosmética... Para cualquier necesitad de la salud o la prevención. A todos nos gusta lo que tenemos cercano, y, además, generamos riqueza en nuestro entorno, que es muy positivo.

Diversificación e innovación farmacológica, ¿son fáciles de conjugar?

-Empezamos siendo un laboratorio de consumo healt-care buscando soluciones de salud. Con los años hemos evolucionado. Quizás el salto más destacado fue en los años 90 cuando decidimos lanzarnos al mundo de los genéricos y eso nos dio una perspectiva muy grande. Pero siempre dentro de un ámbito de buscar también la innovación. No aspiramos a crear nuevas moléculas, pero sí a hacerlo de manera más eficiente buscando innovación tanto en la producción como en mejoras que se puedan derivar para el paciente, para su adherencia? Hay muchas formas de intentar hacer las cosas de otra manera y nuestra peculiaridad -estar como Cinfa en Navarra- nos ha obligado a ser un poco más imaginativos. Nuestros profesionales no vienen solo del mundo Pharma, sino de otros sectores y esto también te da valor.

Durante 2014 en Cinfa dieron el salto de la química a los fármacos biotecnológicos, biomarcadores, inmunoterapias oncogénicas? ¿Por qué?

-Desarrollamos un medicamento biosimilar porque lo vimos como una oportunidad de dar el salto a productos más complejos. Desde entonces al año pasado en el que conseguimos la aprobación del fármaco en Europa hemos visto que todo ha cambiado. Quizás nuestro foco está en otros productos, pero la experiencia ha sido muy positiva. Hemos logrado un producto para personas en tratamiento con quimioterapia. Al final buscamos una solución, que era un socio, y nos llevó a la venta de este producto y esta parte de biotecnología.

¿Es muy costosa, en tiempo y en dinero, la producción de un nuevo fármaco? ¿Cuánto tiempo necesitan para ponerlo en el mercado?

-Crear o investigar un nuevo fármaco es realmente complejo. Además de llevar entre 10 o 20 años exige unas inversiones muy grandes. Hablamos de unos 1.200 millones de euros. Esas son las cifras. No es un mundo al que nos dedicamos nosotros, pero es complicado porque tienes que demostrar calidad, seguridad y eficacia antes de ponerlo en el mercado y solo uno de cada 10.000 fármacos (principios activos) que se investigan llegan al mercado. Las exigencias cada vez son mayores; los pacientes queremos tratarnos con las nuevas terapias pero siempre que sean seguras. Creo que la terapia con nuevos medicamentos es uno de los mayores logros de finales del siglo.

Ante la reclamación de fármacos para patologías de baja frecuencia, ¿compensa investigar y desarrollar medicamentos para tan pocas personas si no hay beneficio e incluso el retorno del gasto es improbable?

-Hay cuestiones que se deben de tratar de manera diferente. Lógicamente hay que buscar soluciones para todo tipo de enfermedades; lo que habrá que encontrar son soluciones de financiación y de compensación de los costes que tiene la investigación y desarrollo de estos fármacos que sean diferente. No es lo mismo el tratamiento de una enfermedad que pueden tener millones de personas que una muy reducida, Pero hay que dar soluciones también a estos pacientes.

Cinfa, “la marca del genérico” titulaba un artículo. ¿Cuál es la razón de su decidida apuesta por ellos?

-Los genéricos son una realidad en estos últimos años que permiten hacer sostenible al sistema de salud. Entre todos debemos buscar ese equilibrio entre medicamentos genéricos e innovadores, porque los unos sin los otros no pueden vivir; para financiar nuevos medicamentos innovadores cada vez más caros, más complejos y personalizados, hay que buscar también la eficiencia que producen los genéricos para dedicarlos a la innovación de estos nuevos medicamentos. Como compañía, a principios de los 90, tuvimos claro que era una oportunidad para nosotros. Fue un salto cualitativo importante, pero no tan complejo como podía haber sido el investigar nuevos medicamentos. Creíamos que cuadraba mucho con nuestra filosofía de compañía. Estamos hablando de calidad sostenible y esto es algo que nos gusta y en lo que creemos todos.

Las comunidades autónomas adquieren los medicamentos por subasta, pero usted proponía a la junta de Andalucía que podría hacerse de otro modo. ¿Qué tiene pensado?

-En España desde hace más de 20 años hay un sistema muy eficiente del sistema de precios de referencia en el que los Gobierno, en este caso, a través de la Agencia del Medicamento del Ministerio de Sanidad, establecen unos modelos en los que los precios de los fármacos se vayan ajustando una vez que haya vencido la patente. En los últimos 20 años de genéricos, el ahorro logrado con ellos ronda los 20.000 millones de euros, casi 1.000 millones al año. Éste es uno de los logros de los genéricos en la sostenibilidad. Hay que hacer estables estos modelos de referencia e intentar que también permitan el acceso a un amplio vademécum de medicamentos para los pacientes españoles. Son cuestiones que nosotros venimos defendiendo durante años.